Entre los eventos más destacados del año pasado, hay algunos que tendrán un efecto en el que empieza y probablemente algunos más.
Uno de esos eventos fue la integración del primer sindicato en la empresa Amazon en la sucursal situada en las inmediaciones de Nueva York por dos empleados cuya determinación superó los obstáculos y amenazas de los directores y el dueño de esa empresa, Jeff Bezos. Durante meses, en decenas de conversaciones y reuniones con sus compañeros, lograron convencerlos de la necesidad y la posibilidad de integrar un sindicato que garantizara sus derechos laborales. El detonador fue la protesta que ellos mismos encabezaron cuando un brote de covid surgió en el almacén donde trabajaban, frente a lo cual exigieron que se cerrara por lo menos 15 días, con el fin de evitar que se propagara la enfermedad y se garantizara la desinfección del almacén. La lucha continúa en otros almacenes de esa empresa, donde los trabajadores intentan formar ramas del sindicato. El ejemplo cundió y dio pie para que los trabajadores en otras corporaciones, como Starbucks y Apple, intenten replicar la lucha de sus compañeros de Amazon. Probablemente sea el comienzo para el rescate del decaído movimiento sindical en Estados Unidos.
Otro ejemplo fue la revocación de uno de los más importantes derechos de la mujer en cuanto a decidir sobre su cuerpo. Cinco jueces conservadores, de los nueve que integran la Suprema Corte, decidieron revocar la decisión conocida como Roe vs Wade, establecida por el máximo tribunal hace más de 50 años y que garantizaba el derecho de las mujeres al aborto. Sin embargo, la Suprema Corte votó hace tres meses por sobreseerla, decisión que cimbró a la sociedad estadunidense porque va en contra de uno de los más caros derechos que las mujeres ganaron hace más de un siglo. A pesar de las duras críticas sobre la inconsistencia científica en que los cinco jueces conservadores basaron su decisión, persistió la agenda medieval de cinco individuos que se impuso a la mayoría de la población de Estados Unidos. El hecho marca uno de los momentos más retardatarios y lamentables de una nación que se presume líder en los derechos humanos.
Otro evento más, que marca un hito en el sistema electoral de ese país, fue la elección celebrada en noviembre pasado. Se daba por sentado que el Partido Demócrata perdería por amplio margen la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, pero hubo un giro inesperado entre el electorado mediante el que se revirtió dicho pronóstico. Los demócratas mantuvieron la mayoría en el Senado e incluso ganaron una curul más en ese recinto. Aunque en la Cámara de Representantes perdieron la mayoría, el margen por el que ganaron los republicanos fue mucho menor del esperado, lo que acotará su margen para imponer su agenda conservadora. Por un lado, el efecto de las tropelías de Trump y, por el otro, la decisión de la Suprema Corte, gravitaron en contra de los candidatos republicanos que realizaron su campaña con el apoyo de Trump y la de aquellos cuya consigna era la prohibición del aborto. Aún no está claro la forma en que estos acontecimientos afectarán la agenda del presidente Biden y sus propuestas de gobierno. En ese mismo contexto, habrá que considerar el efecto que tendrá el veredicto de la comisión legislativa que investigó los hechos del 6 de enero, la cual determinó la culpabilidad de Trump en el fallido golpe de Estado aquel día.
Una cosa es segura, la vacilación de Biden para derogar la norma 42, que acota sensiblemente el derecho de asilo de decenas de migrantes y cuya paternidad es atribuible al ex presidente Trump, muy probablemente contribuirá aún más a la erosión en el voto hispano a la causa demócrata.
Deseo a mis amables lectores un buen año 2023.