Buscó la melodía y la encontró. El cantante puertorriqueño Pablo Rodríguez Lozada, mejor conocido como Tito Rodríguez, cuyo centenario natal se cumple el 4 de enero, incluyó la guajira Buscando la melodía, escrita por los cubanos Marcelino Guerra y Julio Blanco Leonard, en su álbum Estoy como nunca (1968), producido por Leroy Holmes.
Dueño de una dicción y fraseo impecables, Tito Rodríguez cultivó tanto los ritmos “movidos” –guaguancó, mambo, chachachá–, como el bolero, con estilo propio. Entre sus grandes éxitos están Mamá güela, Llanto de luna, Cara de payaso, Inolvidable, Tiemblas, Tu pañuelo, Sun sun babae y Avísale a mi contrario, este último dirigido a su viejo rival Tito Puente. Sus batallas musicales tuvieron lugar en el Palladium, salón de baile de Nueva York.
Nacido en el barrio obrero de Santurce, fue hijo de padre boricua y madre cubana. Influyó en su interés por la música su hermano mayor Johnny Rodríguez, cantante y compositor. Precoz, inició su carrera profesional a los 10 años y a los 13 hizo su primera grabación, la danza Amor perdido, a dúo con Rafael Castro, con el Conjunto Industrias Nativas que dirigía Ladislao Martínez. Tocó las maracas y cantó brevemente con el cuarteto Mayarí.
A los 16 años se trasladó a Nueva York e hizo apariciones en la orquesta de su hermano Johnny. Poco después logró cantar con el Cuartero Marcano, con cual grabó sus primeros discos. Luego integró la agrupación musical cubana Cuarteto Caney y tras un breve paso por las orquestas de Enric Madriguera y Xavier Cugat, en 1945 prestó el servicio militar obligatorio en el ejército estadunidense.
En 1947 organizó su primer quinteto y un año después, el conjunto Los Diablos del Mambo. De esta época son sus éxitos Maina Go! y La renta, a ritmo de mambo, que fue el furor de ese momento. Tito fue un gran exponente del mambo, al grado que en 1954 fue contratado para una gira que lo llevó a Hong Kong, Manila y Tokio para introducir este ritmo. Otro éxito suyo fue el chachachá Me lo dijo Adela. Para 1956 ya tenía una orquesta de 17 músicos y reconocimiento a nivel internacional.
Encuentro con Melón
El cantante sonero Luis Ángel Silva Melón ya conocía los discos de Tito; sin embargo, el contacto personal se dio durante una gira a Nueva York en 1964 con el grupo Lobo y Melón. Arturo Reyes Moreno Riquito (1942-2021), quien formó parte del famoso sexteto, recordó que después de instalarse en el hotel, sus compañeros se le adelantaron al Palladium, donde tocarían. Entonces, él caminó solo por la calle Broadway rumbo al afamado recinto dancístico. Sintió a alguien detrás de él, pero no hizo caso.
“Al llegar al Palladium me subí por las escaleras y la persona siguió atrás de mí. Me miró y preguntó si era mexicano. ‘Sí, señor’ –le respondí–. Lo reconocí: ‘Usted es Tito Rodríguez’. Me contestó: ‘Sí, chico, ¿tú quién eres?’ –Entonces le dije: ‘Toco con Lobo y Melón’, y que me agarra de los hombros y así subimos adonde estaban todos. ‘Mira el chavito’, dijeron.”
En ese viaje Tito invitó a Melón a su oficina y le pidió “‘tráete al muchachito ese’. Estuvieron platicando sus anécdotas y cosas de músicos, mientras yo oía. De repente, Melón me dijo: ‘Tú tocas la guitarra. Tócale una canción’. Y Tito agregó: ‘Canta, chiquito’, y me dio su guitarra. Le canté el bolero Mi versión, de la boricua Sylvia Rexach, que había aprendido en la bohemia”. Tito lo grabó un año después y lo incluyó en su álbum I’ll always love you.
Rodríguez llegó a hacerle una buena oferta de trabajo a Melón, pero éste no aceptó, pues Lobo y Melón estaba en la cúspide de su carrera.
En septiembre de 1971 se le diagnosticó leucemia; buscó tratamiento en Londres y Nueva York y falleció el 28 de febrero de 1973 en un hospital de La gran manzana.