“Alguien dijo que el arte era una promesa de la felicidad y el futbol de Pelé y Brasil eran precisamente eso: una promesa de felicidad”, comenta Ángel Cappa, ex entrenador argentino y analista de este deporte. Ayer desapareció El Rey tras un mes de agonía por cáncer, pero la huella que deja en la memoria colectiva será imborrable.
GALERÍA: Falleció Pelé, el rey brasileño del futbol.
“A Pelé lo define el asombro. Su irrupción en el futbol con apenas 15 años y cuando salió campeón del mundo en Suecia 1958; todo lo que hacía en la cancha era sensacional.”
Para entender al Pelé que dejó ayer este mundo de superficies y objetos tangibles, Cappa piensa que con el futbol de O Rei sucede lo mismo que con cualquier obra de arte, por ejemplo, la novela. Un acontecimiento único en su originalidad e incomparable en un universo de obras que pertenecen a una misma familia pero jamás son iguales.
“En el arte no hay progreso y por tanto, en ciertas formas como el futbol, tampoco puede pensarse si las obras actuales son mejores que las del pasado, o si el estilo que practicó Pelé fue superior que el de ahora, o si Alfredo di Stéfano fue mejor que el brasileño”, plantea.
“Una gran novela contemporánea puede ser importante no porque trascienda a El Quijote. En ese sentido Pelé es único e irrepetible, como también lo son Maradona, Di Stéfano, Johan Cruyff y Lionel Messi y compararlos resulta sin sentido”.
Cada época y su respectiva generación piensa que su experiencia y sus formas de apreciación son las únicas válidas –explica Cappa–. Eso ha ocurrido siempre y la percepción de que hoy se está mejor que ayer es un síntoma de quien vive el tiempo.
“Los jóvenes de cada época piensan que la vida es ahora. Los viejos, en cambio, que todo tiempo pa-sado fue mejor. Por eso chocan en las discusiones de quién es el mejor jugador de la historia, algo que no puede sostenerse bajo ninguna lectura. Pelé supera todas esas barreras temporales, lo mismo que Marado-na, porque lo que hizo fue reinventar lo que ya se conocía, darle otra forma de ejecutar y de percibir el futbol. Algo que, por otra parte, hacen todos los genios cuando aparecen.”
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