Houston. Fue un rescate digno de Batman: golpeados por la ola de frío en Estados Unidos, unos 700 murciélagos fueron devueltos a su hábitat al anochecer del miércoles en Texas, tras seis días de terapia de calor y, para algunos, de cuidados intensivos.
Estos murciélagos mexicanos de cola libre o cola de ratón (Tadarida brasiliensis), considerados uno de los mamíferos más abundantes de América del Norte y claves para el control de insectos, fueron liberados bajo un puente en la ciudad de Houston por la Sociedad Protectora de Animales (HHS, por sus siglas en inglés) de la ciudad texana.
La semana pasada, las heladas y temperaturas inusuales para la región habían provocado un “shock hipotérmico” en su colonia: al no poder permanecer adheridos a la estructura del edificio, los murciélagos habían caído de 5 a 10 metros de altura, según la organización no gubernamental (ONG).
Estos mamíferos, que pesan 13 gramos en promedio y miden de 10 a 12 centímetros de largo, son “pequeños, tienen poca grasa corporal y no pueden sobrevivir mucho tiempo cuando están tirados en el suelo expuestos a temperaturas bajo cero”, agregó la HHS en su página de Facebook.
Voluntarios ayudaron a recogerlos y más de mil 500 murciélagos fueron atendidos por la organización durante el fin de semana, tanto en su refugio como en el ático de su directora de vida silvestre, Mary Warwick.
La mayoría sobrevivió
La mayoría sólo necesitaba calor e hidratación, pero los más afectados fueron colocados en incubadoras y alimentados vía intravenosa.
“Sorprendentemente, la mayoría de los murciélagos ha sobrevivido”, señaló la HHS.
Con el regreso esta semana de temperaturas más suaves, en el entorno de los 22 grados Celsius la ONG liberó “cerca de 700” de los murciélagos al anochecer, cuando estos animales vuelan para la caza nocturna de insectos. Señaló que pronto hará lo mismo con los demás.
La observación de murciélagos es un pasatiempo popular en Texas y varios puentes tienen grandes colonias.
Los puentes Waugh, en Houston; del Congreso, en Austin, y el de la calle Camden, en San Antonio, atraen a los visitantes al anochecer, cuando los murciélagos parten en masa para sus incursiones nocturnas.