Kabul. Dos nuevas organizaciones de ayuda, Christian Aid y ActionAid, anunciaron ayer que suspenden sus actividades en Afganistán, lo que eleva a seis las asociaciones salientes después de que el gobierno talibán prohibió a las mujeres trabajar en el sector humanitario.
“ActionAid ha tomado la difícil decisión de detener temporalmente la mayor parte de sus programas en Afganistán”, anunció la ONG, esperando poder retomarlas “lo antes posible”.
Lamentando la “erosión gradual” de los derechos de la mujeres en el país, la ONG, que cuenta con un centenar de empleadas en dicho país, denunció las “consecuencias devastadoras” de la decisión del gobierno talibán.
Según la ONU y las agencias de cooperación, más de la mitad delos 38 millones de habitantes del país necesitarán ayuda humanitaria durante el invierno.
Christian Aid, exhortó a las autoridades a “revertir la prohibición”, declaró en un comunicado Ray Hasan, responsable en la región. “Vetar a las mujeres para trabajar en el sector humanitario solo reducirá nuestra capacidad de ayudar al número creciente de personas en necesidad, y amenaza con agravar la terrible crisis a la que se enfrentan mujeres y chicas jóvenes” en la sociedad afgana, añadió Hasan.
El responsable de Christian Aid insistió en que hay “millones de habitantes (...) al borde de la hambruna” en el país, hasta el punto de haber casos de familias “tan desesperadas que venden a sus hijos para comprar comida”.
El domingo, Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados, CARE International y el Comité Internacional de Rescate (IRC) anunciaron la suspensión de sus actividades.
El Ministerio afgano de Economía ordenó el sábado a todas las organizaciones no gubernamentales que dejaran de emplear a mujeres, bajo la amenaza de perder su autorización para operar en el país, sin precisar si la directiva también concernía al personal femenino extranjero.