Entre 2001 y 2021 el país tuvo una deforestación promedio anual de 208 mil 850 hectáreas, lo cual ocasionó una pérdida de vegetación de 4 millones 385 mil 850 hectáreas, casi el equivalente a la superficie del estado de Yucatán. La tala clandestina, el comercio ilegal de madera, incendios, plagas y prácticas inadecuadas del manejo forestal son las principales causas, señala la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
No obstante, información independiente indica que entre 2000 y 2021 se perdieron 5 millones de hectáreas de bosques y selvas, de acuerdo con la plataforma de un equipo de expertos encabezados por Carlos Omar Cruz Gaistardo, quien durante 25 años trabajó en el Inegi, documentada con imágenes satelitales a una escala más precisa. El especialista indica que la tendencia en la deforestación es creciente, ya que en 2021 se perdieron 256 mil hectáreas, aunque Conafor reporta que en esos 12 meses se perdieron 167 mil 811 hectáreas, y considera que hay una tendencia a la baja en la pérdida de vegetación a partir de 2019, cuando desaparecieron 226 mil 581 hectáreas arbóreas.
El organismo, al dar a conocer los datos más recientes de la deforestación bruta, que es la pérdida permanente de la cobertura forestal para destinarla a cualquier otro uso, principalmente ganadería, agricultura, desarrollo urbano o infraestructura, señala que hay ecorregiones con mayor afectación.
El año pasado fueron las selvas cálido secas en las que se concentró la mayor pérdida, con 70.60 por ciento de la deforestación. Dicha vegetación cubre 16 por ciento del territorio, se extiende por una angosta franja desde el este de Sonora y el sureste de Chihuahua hasta Chiapas, el norte de Yucatán y la franja sur de Baja California.
Sin embargo, la deforestación también se disparó en sierras templadas –las sierras Madre Occidental y Oriental así como los complejos montañosos de Chiapas y Oaxaca. De ser la tercera más afectada en años precedentes, pasó al segundo lugar en 2021 al crecer en 172 por ciento, respecto de los datos de 2019, y se elevó 133 por ciento en 2020. Estas sierras cubren 22 por ciento del terreno nacional, con vegetación de coníferas y encinos, poseen unas 3 mil especies de plantas vasculares, 30 por ciento endémicas.
En 2020, las selvas cálido-húmedas fueron las más afectadas, ya que de las 174 mil 190 hectáreas dañadas, 60.75 por ciento fueron de ese ecosistema, el cual cubre 14 por ciento del país, circunda la planicie costera del Golfo de México, la parte occidental y sur de la planicie costera del Pacífico, la parte más alta de Yucatán y las porciones bajas de la Sierra Madre de Chiapas.
La Conafor indica que en lo que va de esta administración ha disminuido la desaparición de bosques y selvas en comparación con sexenios anteriores, ya que entre 2012 y 2018 hubo al menos tres años en los que se rebasaron las 300 mil hectáreas deforestadas, –en 2016 hubo un récord de 350 mil 298 hectáreas verdes desaparecidas–.
Cruz Gaistardo considera que no hay esfuerzos por definir dónde está la deforestación en México, “la mitad de la cual es de parcelas y otra es industrial, planificada, por talamontes que extinguen polígonos de 10 a 50 hectáreas”. Y esa falta de definición “implica incapacidad” para controlar el fenómeno.
“Si se sabe donde ocurre el desmonte, y se advierte a la autoridad competente de ello, se puede parar, “una cosa es cuidar los bosques y otra es sacar estadísticas”. Indica que Conafor no obtiene las cifras con fotointepretación, que es más efectivo, sino que ocupan software de barridos de las áreas, lo cual tiene alto margen de error.