Madrid. La nave Juno, de la NASA, tuvo una interrupción en el envío de datos a los controladores de la misión desde su computadora de a bordo, correspondientes al pasado sobrevuelo de Júpiter y su luna Io.
El problema –la imposibilidad de acceder de forma directa a la memoria de la nave espacial que almacena los datos científicos recogidos durante el sobrevuelo– se debió probablemente a un pico de radiación cuando la sonda voló a través de una zona de la magnetosfera de Júpiter con alta intensidad de radiación.
Los controladores del Laboratorio de Propulsión a Chorro, de la NASA, y sus socios reiniciaron con éxito la computadora y, el 17 de diciembre, pusieron la nave en modo seguro, estado de precaución en el que sólo funcionan los sistemas esenciales.
A partir del 22 de diciembre, las medidas para recuperar los datos del sobrevuelo dieron resultados positivos, y el equipo ya está descargando los datos científicos. No hay indicios de que esos datos obtenidos en el momento de máxima aproximación a Júpiter, o durante el sobrevuelo de la nave espacial a Io, se hayan visto afectados negativamente, según informa el Instituto de Investigación del Suroeste, al frente de las investigaciones de la misión.
Se espera que el resto de los datos científicos recogidos durante el sobrevuelo se envíen a la Tierra a lo largo de la próxima semana, momento en el que se verificará su estado. Se espera que la nave salga del modo seguro dentro de una semana.
El próximo sobrevuelo de Juno a Júpiter tendrá lugar el 22 de enero.