Moscú. El jefe del Kremlin, Vladimir Putin, está convencido de que su decisión de iniciar la guerra en Ucrania “es correcta, defendemos nuestros intereses nacionales, protegemos a nuestros ciudadanos”.
Para él, en el origen del conflicto está la política de los adversarios de Moscú que “a través del método de divide y vencerás, quieren fragmentar la Rusia histórica y nuestro objetivo es otro: unir al pueblo ruso”.
Mientras el presidente de Rusia declaraba lo anterior este domingo en una entrevista al programa de televisión “Moscú. Kremlin. Putin”, miles de personas acudían a los centros de donación de sangre en la liberada ciudad de Jerson para las decenas de heridos que dejó, el 24 de diciembre, el bombardeo ruso del centro de esa capital de la región ucrania homónima, anexionada por Rusia en septiembre pasado.
Según Putin, al estimar que todos sus compatriotas apoyan la guerra, enfatizó que “99.99 por ciento de los rusos están dispuestos a entregar todo por la patria, y eso es lo que hace diferente, especial, al pueblo ruso”.
También se mostró favorable a negociar con Ucrania “y todas las partes implicadas”, en alusión a Estados Unidos y otros países que respaldan con armas y dinero a Kiev, bajo las condiciones que fije Rusia:
“Estamos listos a negociar soluciones aceptables con todas las partes implicadas, pero depende de ellos. No somos nosotros los que nos negamos a negociar, son ellos”, aseveró.
En tanto, el jefe de la administración ucrania de Jersón, Yaroslav Yanushevich, informó este domingo que, como resultado del bombardeo el sábado con lanzadores múltiples de misiles Grad, “murieron 16 habitantes de la ciudad y de las 64 personas que requirieron atención médica con heridas de distinto grado de gravedad, una veintena se encuentra en estado muy delicado”.
La procuraduría regional de Jerson, de su lado, reportó que sufrieron daños muchas instalaciones de infraestructura civil, entre ellas edificios de vivienda y de oficinas administrativas, fábricas, clínicas, automóviles, un mercado y un centro comercial.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, escribíó en Twitter: “El Estado-terrorista sigue llevando el mundo ruso mediante ataques a la población civil. Jersón. Por la mañana, un sábado, en vísperas de la Navidad, en el centro de la ciudad. No son objetivos militares, es una guerra sin reglas. Es terror, asesinatos para amedrentar y por simple gusto”.
A un semana de la llegada del Año Nuevo, que rusos y ucranios por tradición siempre han festajado con amplitud, equiparable a la forma en que se celebra la Navidad en México, todo indica que no habrá una tregua.
Al menos los dirigentes impuestos por el Kremlin en las regiones anexionadas coinciden en creer que “no hay premisas para un alto el fuego los próximos días (Denis Pushilin, Donietsk)” y “los bombardeos seguirán como hasta ahora (Leonid Pasechnik, Lugansk)”.
Vladimir Saldo, el gobernador en funciones de Jersón, llegó más lejos al subrayar: “Negociar ahora no serviría para nada. Tendrá sentido hacerlo cuando el régimen de Kiev se distancie de la influencia de Estados Unidos o renuncie por completo a ella”.