En la misa solemne de Nochebuena que ofició hoy el rector de la Basílica de Guadalupe, Salvador Martínez Ávila, se pidió por la salud de los enfermos y por el consuelo de quienes en estas fiestas se sienten solos y tristes.
En la celebración, de aproximadamente una hora, Martínez Ávila expresó que la llegada del hijo de Dios a la tierra eleva a los individuos y a la humanidad en su conjunto, “más allá de nuestra condición pecadora y de un destino fatídico de autodestrucción, más allá de la inminente crisis de angustia que muchos viven por el futuro que les espera”.
También, se refirió a las críticas que el cristianismo ha recibido a lo largo de generaciones, entre ellas que es el opio del pueblo. Ante ello, defendió que los creyentes “buscamos ser redimidos por el hijo de Dios hecho hombre”.
Durante las peticiones, los fieles oraron igualmente para que “los hijos de la Iglesia que celebran hoy con alegría el misterio de la Navidad renazcan a una nueva vida de justicia, de amor y de paz”, asimismo para que Dios “dé alegría a los que lloran” y “ayude a los moribundos”.