Panamá. El gobierno de Panamá descartó ayer regularizar el paso de migrantes sin documentos por la inhóspita selva del Darién, una zona fronteriza con Colombia en la que murieron al menos 60 personas de las más de 240 mil que este año tomaron esa ruta en su camino hacia Estados Unidos.
“La selva del Darién no va a ser una ruta regularizada”, informó la canciller panameña, Janaina Tewaney, en conferencia de prensa. “En ese espacio, entre la frontera, se dan crímenes de todo tipo, porque no es una ruta segura, hay quienes insisten que sí, pero no lo es”, sostuvo la ministra.
“No vamos a ponderar ninguna ruta por el Darién, muy por el contrario, las medidas que se van a llevar a cabo son para proteger esa selva, no para normalizar un derrotero inseguro”, señaló Tewaney.
La funcionaria panameña se reu-nió esta semana en Washington con el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, para analizar posibles medidas para contener el flujo de personas que atraviesan la peligrosa jungla en su camino hacia Estados Unidos. Según datos aportados por el gobierno panameño, en lo que va de año más de 243 mil personas, dos terceras partes venezolanos, usaron la ruta del Darién, una cifra que pulveriza los registros del año anterior, cuando 133 mil migrantes realizaron la travesía.
El director general del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá, dependiente de la fiscalía, José Vicente Pachar, informó a la agencia noticiosa Afp que al menos 60 migrantes han muerto en 2022 cruzando el Darién, una cifra que supera el medio centenar de fallecidos de 2021. “Hay muchos testimonios sobre fallecidos y abandonados en la zona”, afirmó.
La selvática frontera de Panamá y Colombia, de 266 kilómetros de largo y 575 mil hectáreas de superficie, es un corredor plagado de peligros: animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales que se aprovechan de quienes buscan migrar a Estados Unidos cruzando América Central.
Panamá, Colombia y Costa Rica, con el apoyo de Estados Unidos, buscan rutas migratorias para facilitar un tránsito seguro y regularizado para los migrantes, que afluyen en números récord.
El gobierno estadunidense destinó cerca de 18 millones de dólares en 2022 a la asistencia humanitaria de refugiados y migrantes vulnerables en Panamá, cifra cuatro veces mayor al monto enviado en 2021. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, defendió en septiembre pasado la idea de una “presencia estatal que permita asistencia a las personas que están recorriendo la ruta de la muerte”.