Un día antes de festejar la Nochebuena, los capitalinos buscan ofertas para sus obsequios, que a pesar de letreros rojos y amarillos que anuncian rebajas de 50 o 70 por ciento en marcas reconocidas, los precios son poco accesibles y en tiendas donde son bajos, las tallas o modelos se agotaron.
Ayer en varias plazas comerciales quienes esperaron el pago de la quincena para acumularlo con sus ahorros adquirían los presentes de último minuto, “porque para Navidad la gente siempre compra”.
Roxana Camargo, vendedora de una cadena departamental, comentó que este año se redujo el número de personas que esperaron hasta el último día para comprar los regalos de Navidad, ante las ofertas que empezaron desde El Buen Fin.
“Tuvimos dos rebajas por venta nocturna, aniversario, El Buen Fin y ahorita sólo hay hasta 15 mensualidades sin intereses, por lo que mucha gente anticipó sus compras y ya tiene sus regalos”, indicó mientras esperaba la llegada de clientes en Plaza Delta, donde por la tarde se vieron aglomeraciones.
Para algunos, el obsequio es una demostración de afecto, así que “mientras más cariño más grande o costoso será el regalo”; para otros, sólo es el detalle “por no dejar pasar la fecha”, señaló a su vez Brisa Bustamante.
La madre de tres jóvenes aseguró que en esta época “la gente siempre compra” sin importar si es oferta o no, “porque es difícil encontrar precios bajos y todo está muy caro, pero es Navidad”.
A Antonio le resultó poco conveniente acudir ayer, porque ya no hay para escoger, tampoco tallas, modelos o colores, “pero no había dinero”; pese a eso, el padre de familia no escatimará “en lo que más les gusta a mis hijos, que ya lo están esperando”.
En Mítikah, a diferencia de los primeros días tras su apertura, muchos clientes entraban y salían de las tiendas en busca de los mejores precios. Alexander, un joven de 17 años, buscaba una chamarra, saco o gabardina, pero a pesar de que recorrió todas las tiendas se fue con las manos vacías.
La zona de restaurantes de ese lugar estuvo abarrotada, tanto para los desayunos como a la hora de la comida, mientras en Plaza Oasis los comensales tuvieron que esperar hasta 60 minutos para entrar al Saks, El Cambalache y Fisher’s; lo mismo ocurrió en Plaza Coapa.