Moscú. Al término ayer de la reunión del Consejo de Estado, instancia consultiva que no toma decisiones vinculantes, dedicada esta vez a la política sobre la juventud, el titular del Kremlin, Vladimir Putin, afirmó ante la prensa que el suministro de los sistemas estadunidenses de defensa antiaérea Patriot a Ucrania “nada cambiará y sólo alarga” la guerra porque Rusia tiene “el antídoto” para neutralizarlos.
“Nuestros adversarios dicen que este tipo de armamento, por cierto algo anticuado y peor que nuestro S-300, es sólo para defenderse. Muy bien, lo tendremos en cuenta. Siempre sabremos encontrar el antídoto. Así que aquellos que están haciendo eso (entregar los Patriot), lo hacen en vano. Únicamente sirve para prolongar el conflicto”, advirtió.
Unas declaraciones que llegan horas después de que Zelenski anunció en rueda de prensa con su homólogo Joe Biden, la cesión de los misiles. Dicha entrega forma parte de un nuevo paquete militar por mil 850 millones de dólares.
Estados Unidos, opina el jefe del Ejecutivo ruso, se inmiscuye cada vez más en el espacio postsoviético. “Desde hace mucho intervienen en los procesos que se dan en los espacios soviético y post-soviético. Todavía en tiempos de la Unión Soviética institutos enteros se dedicaban a Ucrania, (…) desde entonces estaban preparando el terreno, buscando gente, definiendo prioridades, etcétera”, reflexionó.
Argumentó que en 2014 (las autoridades ucranias) declararon la guerra contra los habitantes que se sentían parte del “mundo ruso”, bombardearon las ciudades, lanzaron tanques y carros blindados contra la gente. “Una auténtica guerra contra su propia población y nosotros aguantamos, aguantamos y aguantamos, confiando en que sería posible alcanzar algún acuerdo de paz. Ahora es claro que sólo nos estaban viendo la cara”.
Y remató: “A eso se dedica Estados Unidos desde hace tiempo. Mucho tiempo”.
De acuerdo con Putin, Rusia quiere que la guerra termine pronto.
“Tratamos de que esto acabe, y cuanto antes mejor”, aseveró y mencionó que “todos los conflictos armados, antes o después, terminan en un mesa de negociaciones, y nosotros no estamos en contra de ello, pero el problema es que las autoridades de Ucrania prohibieron por ley entablar negociaciones con Rusia”.
A la vez, el presidente ruso no consideró necesario recordar las condiciones de Rusia que se mantienen inalterables para sentarse a pactar la paz: la capitulación incondicional del gobierno de Volodymir Zelensky y reconocer que Crimea y las cuatro regiones anexionadas por Rusia en septiembre pasado son parte inalienable de la Federación Rusa.
Aunque reconoció que su ejército gasta gran número de proyectiles, misiles y drones en sus bombardeos en Ucrania, Putin se mostró convencido de que tiene la capacidad de aumentar la producción de armamento que se necesita para alcanzar los objetivos de lo que llama “operación militar especial”.
Sostuvo que no iba a revelar cuántos explosivos se usan todos los días. “Son cifras considerables, claro. Pero, a diferencia de nuestros adversarios, cuyos arsenales están a punto de agotarse, los nuestros sólo se incrementan”, aseguró el mandatario.
Al respecto, el jefe del Estado Mayor del ejército ruso, general Valeri Guerasimov, en declaraciones de prensa, precisó ayer que “desde el inicio de la operación militar especial, Estados Unidos y sus aliados entregaron a Kiev cuatro aviones, más de 30 helicópteros, más de 350 tanques, mil carros blindados de combate, unos 800 vehículos blindados, cerca de 700 piezas de artillería, 100 sistemas de lanzamisiles múltiples, 130 mil proyectiles antitanque, más de 5 mil 300 equipos de cohetes antiaéreos y al menos 5 mil drones”.