Madrid. Hoy, tras su estreno limitado en cines el pasado mes, llega a Netflix Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, la nueva aventura del refinado y extremadamente sagaz detective Benoit Blanc interpretado de nuevo por Daniel Craig. Rian Johnson dirige y escribe la que es, tras la mediática y “exagerada” experiencia que vivió con Los últimos jedi en 2017, la segunda secuela de su carrera cinematográfica. Un reto muy diferente que, asegura el cineasta, afronta sin miedo al qué dirán y con la ilusión de presentar al público una historia “divertida, entretenida y emocionante”.
“La verdad es que cuando estás contando una historia, en el instante en el que comienzas a tener miedo por la reacción del público estás acabado”, afirma Johnson en una entrevista concedida a Europa Press en la que matiza que esta conjura para no dejarse influenciar tras la avalancha de odio que recibió por parte de “unos pocos elementos tóxicos” del fandom de Star Wars, admite ciertos matices. “No significa que no tenga que haber algo de miedo al pensar que si va a funcionar o no, pero miedo en un sentido positivo”, expone.
“Si vas a preocuparte por el otro miedo no sé por qué estás malgastando el tiempo de todos haciendo películas”, insiste el director de la secuela de Puñales por la espalda en la que Craig es el único actor de la primera película que repite. Un filme que traslada su misterioso crimen hasta una paradisíaca isla griega donde un magnate tecnológico invita a sus amigos, y al célebre Benoit Blanc, a resolver un singular juego... que deviene en un crimen real.
Como su predecesora, con la que Johnson estuvo nominado al mejor guion original en los Óscar de 2019, Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion cuenta con un reparto plagado de estrellas como Edward Norton, Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr,Jessica Henwick, Madelyn Cline, Dave Bautista, Kate Hudson o Ethan Hawke. Una segunda entrega que vuelve a mezclar thriller y humor con diálogos afilados que añaden sátira y crítica social a la clásica trama del whodunit.
“Una de las grandes razones por las que hago estas películas de Glass Onion es porque soy un gran fan del whodonit, pero al verlas me di cuenta de que en la mayoría de los casos son historias ambientadas en Inglaterra, aisladas y desconectadas del mundo actual.
Fue entonces cuando pensé que sería divertido hacer una película de este género de misterio policiaco, pero incorporando elementos del mundo en el que vivimos, expone el realizador que en su filme alude de forma más o menos directa a asuntos como la obsesión por las redes sociales, la cultura de la cancelación, las fake news, la crisis energética o la pandemia.
“Son temas que nos hacen reír, que nos enfadan, que nos preocupan...y eso es por lo que he querido tocarlos en la película. Lo principal es que sea un gran entretenimiento para toda la familia, pero también incluyendo estos temas”, destaca el director que cree que el mero hecho de que estén ahí ya habla por sí mismo sin necesidad de ofrecer un mensaje más “explicito” o una moraleja. “Una película tiene que hablar por si misma, y ésta lo hace mejor de lo que lo puedo hacer yo”, argumenta.
Magnates tecnológicos
Y en el entre los singulares personajes que componen en variopinto animalario de Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion destaca el de Miles Bron, el multimillonario interpretado por Edward Norton que organiza el juego en su isla privada. Un excéntrico magnate tecnológico pagado de si mismo en el que el propio Norton espera que se vean reflejadas todas esas mediáticas figuras reales que rápidamente vendrán a la mente del público.
“Espero que todos se sientan aludidos y crean que estoy interpretándoles a ellos, pero desgraciadamente creo que, con la personalidad que pueden llegar a tener, seguro que todos pensaran en otras personas y creerán que no son ellos”, confiesa Norton que asegura que su personaje es “una mezcla de varias personas pero nadie en concreto” y cuenta con “algunos homenajes o referencias a diversas personas aquí y allá.
“Lo bueno es que para Rian y para mí resultó bastante fácil, porque hay muchos documentales sobre estas personas que han hecho grandes cosas o que han simulado hacerlas pero que en realidad han cometido algún delito que teníamos mucho material con el que trabajar”, dice entre risas.
“Son varias las personas en las que nos hemos inspirado”, coincide el director que recuerda que cuando estaba escribiendo sobre este personaje “si comenzaba a pensar en una única persona se convertía en algo mucho menos divertido y menos interesante”. Y es que, dice Johnson, “lo genial de él es la idea que traslada de ese tipo de personas, no de una en concreto, y toda la estructura de poder que tienen a su alrededor.”