PAN y PRI en la Comisión Permanente (CP) del Congreso de la Unión calificaron ayer de lamentable la política exterior del actual gobierno al aludir a la expulsión del embajador de México en Perú, Pablo Monroy, por presunta injerencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en asunto internos del país sudamericano.
El diputado panista Santiago Creel Miranda, presidente de la CP, calificó la política exterior mexicana como de un intervencionismo que no se había visto en otras circunstancias.
“Por supuesto que en las relaciones diplomáticas a ciertos niveles se pueden tener intercambios de puntos de vista, pero no ya posicionamientos de carácter político que están afectando gravemente las relaciones del país con Perú”, destacó.
La ideología no debe regir las relaciones exteriores del país, ni tampoco el interés de un presidente, sino los intereses de todos los mexicanos, añadió el líder de la Cámara de Diputados.
Para el aspirante a la Presidencia de la República, la política errática en este sector y el no cumplir con los principios de no intervención y respeto a los derechos humanos, está provocando que México se empiece a aislar del resto del mundo.
Por su lado, la senadora priísta Beatriz Paredes estimó que la posición mexicana ante los acontecimientos en el país sudamericano, se relacionan con identidades ideológicas que son muy respetables, pero no corresponden al ejercicio neutral de la presidencia de la República.
Agregó que si México es consistente, debería apegarse a la misma política que ha asumido en otros países de América Latina y el Caribe, que es ser respetuoso del ejercicio interno de las naciones.
La ex embajadora en Brasil y Cuba, expuso, por ejemplo, que en el caso de Nicaragua, el país ha sido muy prudente, e incluso se le ha reclamado que no se pronuncie en algún sentido.