Lilia Paredes y los menores Arnoldo y Alondra, esposa e hijos del destituido presidente Pedro Castillo, llegaron a la capital mexicana en las primeras horas del miércoles, en un vuelo comercial. Más tarde, el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, les entregó visas por razones humanitarias.
Lilia Paredes agradeció “la preocupación permanente” que ha mostrado por su familia el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Queridos hermanos y hermanas de mi patria: estoy muy agradecida por la solidaridad que ha recibido mi familia”, expresó Paredes Navarro.
“Agradezco al @GobiernoMX y a ustedes por su preocupación permanente. Vivimos un momento muy difícil, pero estamos unidos y su apoyo permanente nos fortalece”, escribió Lilia Paredes en su cuenta de la red social Twitter.
Pidió a las organizaciones “que promueven los derechos humanos, a nivel nacional e internacional, que cautelen los derechos de nuestros compatriotas. Pido también especial atención a la salud de mi esposo, @PedroCastilloTe“.
Agregó que “el futuro de nuestro país está en manos del pueblo”.
El embajador mexicano en Perú, Pablo Monroy Conesa, saldrá de ese país dentro del plazo de 72 horas fijado el martes para su expulsión por las autoridades de aquel país, de acuerdo con fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El diplomático continuaba atendiendo el regreso a México de cientos de connacionales que se encuentran varados en distintos puntos de Perú, a raíz de la crisis política. El canciller Marcelo Ebrard destacó así en redes sociales la labor del jefe de la misión en Lima: “Reconozco al embajador Pablo Monroy, la eficacia de sus gestiones en circunstancias complejas”.
A las 6:30 horas del miércoles aterrizó en esta capital el vuelo de Aeroméxico AM 19, procedente del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, de Lima, que trasladó a la familia de Castillo, después de que el gobierno de la presidenta Dina Boluarte le entregó salvoconducto para que pudiera abandonar Perú y acogerse al asilo que les otorgó el gobierno mexicano.
Tras seis horas de viaje, los Castillo fueron recibidos en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por autoridades migratorias y de la cancillería.
La periodista peruana Lourdes Paucar, que venía a bordo, dijo que pudo ver a Monroy en la zona de salidas internacionales del aeropuerto de Lima. “Incluso él cargó a la pequeña (Alondra) porque por la hora (01:17, hora local) estaba ‘muerta’ de sueño. Tuvo la delicadeza de cargarla en hombros y llevarla dentro del avión. A él no lo he visto, por eso no puedo asegurar que haya venido”, relató.
Agregó que la familia de Castillo viajó con poca seguridad y hasta tuvo oportunidad de grabar un par de videos. “Había una o dos personas más. En Lima, en la sala de embarque, sí hubo cuatro o cinco policías –cosa rara– a unos metros de distancia de la ex primera dama, pero dentro del avión no había seguridad. La mayoría de los pasajeros no se percataron que ella venía en el avión”.
Conforme a recuentos publicados por la representación diplomática, alrededor de 500 connacionales estaban ubicados en territorio peruano en los últimos días. Muchos de ellos ya han regresado a México.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, subrayó la llegada a México de la familia de Castillo. El derecho de asilo, refugio y protección complementaria “es un principio rector de la política exterior de México”.
Indicó que, en los últimos cuatro años, 508 peruanos han solicitado refugio en México; 63 por ciento de ellos (318), entre enero y noviembre de 2022.