El presidente Andrés Manuel López Obrador condenó ayer las “medidas arbitrarias” aplicadas por el gobierno de Perú al expulsar al embajador mexicano Pablo Monroy, pero advirtió que México no procederá de la misma manera y no romperá relaciones, entre otros fines para mantener abierta la embajada y así proteger a los mexicanos que radican en ese país.
En su conferencia del miércoles, señaló que la nación andina enfrenta una “tremenda crisis” y condenó la medida represiva de sacar al ejército a las calles para controlar las protestas contra la destitución de Pedro Castillo como presidente.
“Un gobierno muy cuestionado en su conjunto por su proceder, sobre todo por optar por la represión y no buscar al conflicto una salida mediante el diálogo y con el método democrático de convocar a elecciones”, opinó el mandatario.
–¿Podría el Presidente de México ya no decir nada para que en Perú sientan que podría mejorar la relación? –se le preguntó.
–Ya estamos como los que quieren que no haya mañaneras. El caso de Perú es muy lamentable. Es un país con un pueblo hermano que, desde hace muchos años, cuando menos seis, han contado con cinco presidentes. Imagínense esta situación. Se debe fundamentalmente a intereses de un grupo que domina y que no permite que el pueblo peruano participe en la vida pública y ejerza sus derechos para que haya una auténtica democracia.
López Obrador hizo una larga exposición del conflicto. Acusó a la oligarquía local de impedir que gobernara un presidente emanado de un movimiento popular. Al mes y medio que inició su gobierno se presentó la primera de las tres solicitudes de juicio político en su contra, la última de las cuales –que desató la coyuntura actual– se le fundamentó en su presunta “incapacidad moral para gobernar: aunque parezca increíble, existe ese concepto para su destitución”.
Explicó que en México sabemos distinguir muy bien lo que es el pueblo de Perú, que es un pueblo hermano, y la actitud de la llamada clase política de los grupos de poder, que son los que han mantenido la crisis en ese país.
“No vamos a expulsar a nadie”
Afirmó que la complicada situación que atraviesa esa nación ha llevado a sus autoridades a tomar medidas arbitrarias, como la expulsión del embajador mexicano, porque lo que más les molestó fue que se otorgara el asilo a la familia de Castillo.
“Nosotros no vamos a expulsar a nadie, no lo hemos hecho y no se va a hacer”, subrayó. El presidente reivindicó la tradición de asilo como un eje de la diplomacia mexicana, que ha tenido como expresiones importantes la llegada de españoles durante la guerra civil, de judíos en la guerra mundial, de chilenos tras el golpe en 1973 y de uruguayos y argentinos cuando había dictaduras militares en sus países.
Rememoró la complicada operación para traer al ex presidente de Bolivia, Evo Morales, en noviembre de 2019. México envió entonces una nave de la Fuerza Aérea Mexicana, a la que en Lima le negaron el suministro de combustible.
Luego le cerraron el espacio aéreo en Perú y en Ecuador. El aparato tuvo que surtirse en Paraguay y regresar por el espacio aéreo internacional, sobre el mar.
El presidente cuestionó también el trato de Perú al embajador mexicano, muy distinto al que tuvo la embajadora de Estados Unidos, quien acudió a reconocer a la nueva presidenta, Dina Boluarte. “Eso es completamente injerencista y tiene que ver con esa política o con la llamada doctrina Monroe, que se inicia a principios del siglo XIX, hace 200 años”.
López Obrador reiteró que en el próximo encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en enero, le planteará abandonar esas políticas y pugnar por una mayor integración regional, no sólo económica y comercial, sino también mediante una alianza amplia, que permita llevar a la región programas para enfrentar la pobreza. Una integración con respeto a la soberanía de los pueblos y las democracias latinoamericanas.
“Que ya haya un trato en pie de igualdad, como lo sostiene el presidente Biden, y eso se puede. Y por eso lo planteo así, abiertamente, porque lo considero un hombre con mucha visión política”.