El Paso, Texas. Migrantes en la frontera de México con Estados Unidos buscaban cobijo del frío el miércoles de madrugada, mientras las restricciones estadunidenses que impidieron que mucha gente pidiera asilo se mantenían más allá de la fecha prevista.
Una medida conocida como Título 42, puesta en marcha durante la pandemia para frenar los cruces fronterizos, iba a expirar este miércoles, y el gobierno federal estadunidense se opuso a un esfuerzo de algunas entidades de tendencia conservadora para mantener dicha restricción. Pero horas antes de que estuviera a punto de expirar, la administración del presidente Joe Biden pidió a la Suprema Corte que no la eliminara antes de Navidad.
Poco después de la medianoche, cuando habría terminado la vigencia del Título 42, todo estaba tranquilo en las orillas del Río Bravo en El Paso, donde estaba desplegada la Guardia Nacional. Cientos de personas se habían congregado junto a la alambrada de cuchillas colocada por la Guardia Nacional de Texas, pero se marcharon por la tarde cuando las autoridades de Estados Unidos les dijeron que acudieran a una puerta para ser procesados en grupos pequeños.
Voluntarios y agentes de policía temían que algunos migrantes sucumbieran al frío. La temperatura en la noche ha rondado cero grados centígrados y en los próximos días descenderá aún más a hasta menos 5 grados. La diócesis católica de El Paso tiene previsto abrir otros dos refugios para hasta mil personas en iglesias de la zona.
Hay muchos niños entre la multitud. Una mujer entró en labor de parto y fue atendida por agentes de la Patrulla Fronteriza, indicó la sargento Suzanne Ringle.
Amparándose en el Título 42, impuesto por la administración de Donald Trump en marzo de 2020 como una medida sanitaria para impedir la propagación del Covid-19, las autoridades expulsaron a migrantes en 2.5 millones de ocasiones, sin permitirles solicitar asilo, en violación al derecho internacional y las leyes estadunidenses.
El gobierno federal admitió que poner fin a las restricciones probablemente provocaría “trastornos y un aumento temporal de cruces fronterizos ilegales”, pero puntualizó que la solución no es extender indefinidamente el Título 42, que ya es innecesario como medida sanitaria y nunca se planteó como permanente.
Los gobiernos republicanos argumentan que los servicios públicos y de seguridad de sus estados colapsarán ante el flujo incontrolado de migrantes en cuanto se suspenda, lo que pondrá en riesgo a la población y también a los solicitantes de asilo.
Esta semana, la Suprema Corte aceptó prorrogar la normativa, a petición de los 19 estados del sur del país, pero no ha dado respuesta definitiva sobre este punto ni sobre la propuesta del gobierno de Biden.
En El Paso el alcalde demócrata, Oscar Leeser, advirtió que los albergues de Ciudad Juárez se encuentran a su máxima capacidad, mientras hay unos 20 mil migrantes que esperan cruzar.
La ciudad tomó medidas a fin de ampliar su capacidad para recibir a más gente y adaptó edificios grandes como albergues, mientras la Cruz Roja puso a disposición 10 mil catres. Las autoridades locales también esperan aliviar la presión sobre los albergues de la zona mediante el traslado de migrantes a otras ciudades grandes de Texas y estados aledaños, acercándolos a familiares o patrocinadores en coordinación con ONG.
“Seguiremos preparados para lo que venga”, señaló Leeser.
Texas desplegó esta semana a elementos de la Guardia Nacional en El Paso, donde utilizaron alambre de cuchillas para cubrir un hoyo en los márgenes del río Bravo, que se convirtió en un cruce popular en los últimos días para los migrantes que vadearon aguas poco profundas. Los agentes usaron un altavoz para advertir en español que es ilegal cruzar.
Texas anunció el envío de 400 miembros de la Guardia Nacional a El Paso, luego de que Leeser declaró estado de emergencia hace unos días con la intención de proteger a los migrantes vulnerables ante las bajas temperaturas. Sin embargo, el cuerpo de seguridad indicó en un comunicado que su misión incluye “repeler y enviar de regreso a los inmigrantes ilegales”.
El sacerdote Michael Gallagher informó que un albergue en El Paso que él encabeza alberga actualmente a 200 migrantes, la mayoría mujeres y niños, mientras decenas de personas dormían a la intemperie.
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, uno de los impulsores del mantenimiento del Título 42, tuiteó y afirmó en Fox News que las fuerzas de seguridad de su estado han confiscado en la frontera “suficiente fentanilo para matar a cada uno de los estadunidenses”, y aseveró que a Biden la situación de inseguridad en la frontera “no podría importarle menos”.
Abbott no aclaró cuánto fentanilo ha sido confiscado en Texas, ni en cuánto tiempo.