En 2019, durante la inauguración de la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y el presidente del Patronato del encuentro, Raúl Padilla, eran aún aliados y juntos reclamaron a la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, “una redefinición de prioridades, tanto en las políticas, como en el presupuesto”.
Ese año se otorgó a la FIL, a través de la Convocatoria de Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (Profest), “tan sólo” 5 millones 100 mil pesos, nada que ver con los vastos recursos que se recibieron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el mayor de ellos en 2016, por cerca de 15 millones de pesos. Las reglas para la distribución de los recursos al sector cultura cambiaron con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
Padilla insistió entonces en que no sólo se necesitaba promover la Cultura Comunitaria, programa insignia de la actual Secretaría de Cultura federal (SC), sino apoyar a otros sectores culturales “como factor estratégico de construcción de ciudadanía e impulso económico”.
Irónico, el funcionario, quien abiertamente aspiró a convertirse en secretario de Cultura federal de la mano del panista Ricardo Anaya, hizo un “reconocimiento” a la titular de la SC por su empeño en construir una política cultural vigorosa y diversa “a pesar de las limitaciones presupuestales y de diseño institucional que enfrenta este sector”.
Frausto le contestó que el proyecto cultural del gobierno de López Obrador “es radicalmente incluyente y decididamente redistributivo de nuestra riqueza cultural. Prometimos bajarnos del palco y cambiar la mirada desde donde la acción del Estado facilita los procesos culturales; el centro es la persona y la geografía prioritaria es la geografía de la exclusión, la violencia o la discriminación, ahí donde la grieta es más dolorosa, ahí estamos”.
Los siguientes tres años, la Universidad de Guadalajara (UdeG), instancia que organiza el encuentro librero que en 2020 recibió el Premio Princesa de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades, no presentó solicitud a Profest para pedir apoyos para la FIL. En 2021 únicamente solicitaron recursos (y se les otorgó) para llevar a cabo el festival “multicultural, educativo e innovador para niños y jóvenes” llamado Papirolas.
En este 2022, por primera vez, no acudió a la ceremonia inaugural de la FIL ninguna autoridad cultural del gobierno federal. En cambio, tal como ocurrió en 2021, estuvo presente en la mesa de honor el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, que si bien en ese acto no ofreció ningún discurso, participó en varias actividades, en las que defendió su papel frente al INE.
Una de ellas fue el undécimo Seminario Internacional Estado de Derecho y Combate a la Corrupción en América Latina, organizado por la UdeG, en donde el funcionario afirmó que la FIL “está lejos de ser un foro del conservadurismo”, porque ahí se respetan todas las ideas y está alejada del “pensamiento único o del dogmatismo que no admite interpelación ni disidencia”; y criticó lo que llamó “vientos regresivos, visiones y lógicas autoritarias que amenazan a nuestras democracias”.
Hace unos días, diputados del PRI y el PAN, durante la comparecencia de la secretaria Frausto ante legisladores, fue cuestionada sobre el “retiro” de apoyo federal a la FIL. La funcionaria explicó que no se presentó ninguna solicitud a la convocatoria de Profest para recibir financiamiento y que probablemente, al ser una “gran empresa”, posiblemente ese encuentro librero ya no necesita de los apoyos brindados por el gobierno federal.
La FIL, pese a no contar desde hace tres años con recursos federales, es autosuficiente; “claro, todo apoyo gubernamental es bienvenido y necesario”, pero no tener este año apoyo federal ni estatal “no pone en riesgo la feria”, afirmó hace unos días a La Jornada la directora del encuentro, Marisol Schulz.
“Tenemos una aportación por parte del gobierno local de Guadalajara y otros municipios del estado, así como de algunas instituciones. La feria va, tiene su propio presupuesto y este año saldrá tablas. Lo que gastamos es lo que va a ingresar.
“En 2019 hubo ganancias que se dieron a proyectos culturales de la UdeG. Eso es un éxito como industria cultural. Es difícil en México, pero lo hemos logrado con mucho trabajo atrás, de muchos años y mucha continuidad.”
En la clausura de la edición 36 de la FIL, el pasado domingo, Raúl Padilla afirmó, con respecto a lo que llamó “dificultades de comunicación” con los gobiernos federal y estatal, que “nosotros no estamos peleando contra nadie.
“No habrán escuchado una opinión ofensiva, ni siquiera contestataria de nuestra parte. Se trata de actitudes que han tomado los gobiernos federal y estatal respecto a esta feria, en la que caben todos. Se les invita a todos: autoridades, oposición, así como a las diversas expresiones literarias.”
Y reiteró: “no es lo mejor no contar con la mejor comunicación”, por lo que, según el funcionario, se desplegó “planteamientos de comunicación, invitaciones a todos los sectores, a todas las autoridades gubernamentales”, para que “a futuro (la situación) se modifique”, aunque fue insistente en aclarar que ni la abierta confrontación con el gobierno de Alfaro ni la ausencia de la Secretaría de Cultura federal afectaron la edición 36 de la FIL.