En noviembre 2022, Sergio López Montecinos, director general de administración de personal del Gobierno de la CDMX, sepultó la máxima del derecho laboral mexicano y las normas internacionales (OIT), de acuerdo a la cual, a trabajo igual corresponde salario igual.
En una circular (SAF/DGAPYDA/0060/2022/1/11/22) que busca regular la incorporación de las plazas del programa Galene Salud –que son exclusivas para la rama médica/paramédica de la Secretaria de Salud-CDMX (Sedesa)– Montecinos recurre al artículo 7 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (reglamentaria del apartado B del artículo 123 constitucional) para esquivar el artículo 6 de la misma ley, y así evadir flagramentemente, su responsabilidad para otorgar nombramientos de base definitiva que ocurrirían después de haberse cumplido seis meses de relación laboral.
Con este recurso evasor y como autoridad admnistrativa, Montecinos podrá –ahora– otorgar gradualmente y a su antojo –de modo absolutamente unilateral– las prestaciones laborales que él considere oportunas dentro del marco presupuestario anual. En los hechos, Montecinos impone una franca desigualdad frente a los trabajadores de base definitiva y contradice la esencia de la fracción 7 del artículo 123 constitucional, que prescribe que “para trabajo igual debe corresponder salario igual”.
Montecinos niega prácticamente a los trabajadores la posibilidad de contar con una representación sindical. Ello permitirá que el Gobierno de la CDMX excluya las plazas de referencia de la comisión mixta de escalafón, ya que por su referida circular, se acepta implícitamente que ellas “no son elegibles para procesos escalafonarios, en razón de que por su naturaleza no es un sistema organizado para efectuar promociones de ascenso para los trabajadores”.
De tal suerte que la promoción para el ascenso de los profesionales de la salud, vía escalafón, accediendo a categorías más altas con su correspondiente incremento salarial y acompañado de reconocimiento institucional de la profesionalización, queda sólo reservada para el personal de base. Ello contradice el Convenio 100 de la OIT sobre la igualdad de remuneración (1951).
Los procederes de Montecinos recuerdan a las “bases otorgadas” –en 2018– por Miguel Ángel Mancera a 10 mil trabajadores de limpia que, en realidad, sólo fueron un cambio de nómina con disminución de salarios y pérdida de prestaciones laborales, como en el caso de Galenos de la Salud.
En el marco del arribo de la federalización de la salud a la CDMX, comandada por el OPD-IMSS-B durante 2023, los trabajadores de Sedesa ya alistan sus respectivas documentaciones aguardando contrataciones y basificaciones dignas, a la altura de las reiteradas ofertas del presidente López Obrador. Por lo pronto no tienen nada seguro más que la alternativa que seguir en listas de espera para un trabajo informal en Sedesa ilusionados para ser absorbidos por el OPD-IMSS-B.
El cuadro de precariedad laboral que garantiza Montecinos pudiera ser “aceptado” por los profesionales de la salud frente a las escasas oportunidades de empleo, particularmente en la rama médica. Lo que Montecinos oferta es un empleo “informal” que no cuenta con las prestaciones de ley: un salario menor hasta en 40 por ciento respecto de los trabajadores de base, sin vacaciones formales y prima vacacional, sin generar antigüedad, uniformes, premios de puntualidad y alimentos entre otras. Todo ello disfrazado de Galenos de la Salud.
Debe agregarse que Sheinbaum ofreció completar la basificación de los profesionales de la salud una vez traspuesta la pandemia de covid-19. Oferta que ha reiterado hasta hoy, pero aún no ha materializado.
Mientras, esa basificación constituye la demanda más sentida de los profesionales de la salud, junto con condiciones de trabajo formales y más seguras. Todo lo cual traiciona la circular Montecinos.
En Palacio Nacional y frente el presidente López Obrador, durante la 113 Asamblea General Ordinaria del IMSS (15/11/22), Zoe Robledo presumió: “¿de qué trata el Plan de salud IMSS-Bienestar? No es una improvisación: las mismas condiciones de trabajo para todas y para todos, una nómina única para los trabajadores de atención médica que hoy forman parte de los servicios estatales de salud. Es con ellos y con ellas, nunca sin ellos, nunca contra ellos. Y lo digo aquí en Palacio Nacional: sus derechos están protegidos”.
Poco antes ( La Jornada, 21/9/22), Robledo aludió al “mito” de que el tema laboral era un “obstáculo” para emprender cambios en la atención médica. Y, en su opinión, ya se había “demostrado” que, lo que faltaba, era la “voluntad” para cambiar. El nuevo esquema, la “integración” de los trabajadores, reiteró, se ha dado, “hasta ahora, sin conflicto alguno”.
Entonces, ¿la documentada precariedad laboral que impone Montecinos en la CDMX es un “mito”?