Madrid. Eva Kaili era hasta el 9 de diciembre pasado vicepresidenta del Parlamento europeo, diputada y una de las figuras emergentes del socialismo griego. Pero todo cambió ese día: fue detenida por el orden del juez belga Michel Claise, quien abrió una investigación basada en documentos, pruebas y testimonios que desentrañaron una amplía red de corrupción y sobornos en el seno de las instituciones comunitarias para favorecer los intereses de Qatar y Marruecos.
Kaili reconoció en una primera declaración ante el juez que conocía la existencia de la trama delictiva, que sabía que en su domicilio particular había maletas de dinero de procedencia ilícita, que intentó, a través de su padre, ocultarlas para que la policía no las encontrara, pero que a pesar de todo eso ella es “inocente”.
Según los diarios belga e italiano, Le Soir y La Repubblica, Kaili ya fue sometida a un interrogatorio por parte del juez instructor, a la espera de su comparecencia ante el tribunal el próximo jueves, que será cuando el magistrado decidirá su futuro inmediato. Es decir, si decreta su prisión sin derecho a fianza o si por el contrario le somete a medidas preventivas y le deja en libertad.
En todo caso en su primera declaración y siempre según los periódicos europeos, Kaili admitió que sospechaba de los negocios turbios de su pareja y padre de su hija, el italiano Francesco Giorgi, quien fue a su vez el asistente del que se considera el cerebro de la trama, el ex europarlamentario Antonio Panzeri.
La ex eurodiputada socialista se encuentra desde el pasado 9 de diciembre en la prisión de mujeres de Haren, a las afueras de Bruselas, y desde entonces sólo ha tenido contacto con sus abogados y con sus familiares más cercanos. Fue en la propia prisión donde le informaron que el Parlamento europeo le había despojado de sus atributos como diputada, que le habían anulado su condición de vicepresidenta y que su partido, el Movimiento por el Cambio (PASOK, en griego) le suspendió de militancia. También conoció tras las rejas las imputaciones que hay en su contra: corrupción, asociación de organización criminal y blanqueo de dinero.
Según documentos de la investigación desvelados por los citados rotativos, Kaili admitió conocer la red de corrupción en la que estarían implicados presuntamente su pareja y Panzeri. “Es cierto que conocía las actividades del señor Panzeri y sabía que había maletas llenas de dinero en mi casa”, admitió la dirigente política ante el magistrado.
En los documentos además se advierte que “la inculpada reconoce haber dado la instrucción a su padre de esconder el dinero” que tenía escondido en su vivienda particular. “Ella declara que conocía la actividad de su marido con el señor Panzeri y que maletas con dinero habrían transitado por su apartamento”, se advierte en el informe del juez instructor.
Tanto Panzeri como Giorgi denunciaron también al eurodiputado socialista belga Marc Tarabella, cuyo domicilio fue registrado por la policía en presencia de la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, como benefactor de los “regalos” procedentes de Qatar. El caso también afectó a la mujer de Panzeri, Maria Dolores Colleoni, cuya extradición a Bélgica fue aprobada este lunes, y a su hija, Silvia Panzeri.
La justicia podría decidir este lunes la extradición de ambas, bajo las mismas imputaciones de corrupción, blanqueo de dinero y asociación a organización criminal.
En la investigación todavía hay muchas incógnitas, sobre todo lo que rodea a la figura de Panzeri y a la organización no gubernamental que creó después de abandonar el Parlamento europeo, en el 2019, Lucha contra la Impunidad. Sobre todo porque en torno a él y a su fundación han estado personajes muy importantes de las instituciones comunitarias, como la ex jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, el ex ministro francés Bernard Cazeneuve y el ex comisario de interior, el griego Dimitrios Avramopoulos.
Los investigadores siguen rastreando las pruebas en torno a estas figuras, que en caso de estar fundadas harían del llamado Qatargate un escándalo aún más grave y delicado.