El divulgador de la ciencia y legendario periodista Fernando Canales Lozano falleció la mañana de ayer, a la edad de 101 años, informó la Fundación Canales de Ayuda, desde donde durante su últimos años se dedicó con entusiasmo a actividades altruistas. Sostenía: “Me falta hacer mucho, muchísimo, por nuestro país”.
La organización filantrópica puntualizó que en sus momentos finales estuvo “rodeado de su familia, muy tranquilo; su despedida será en privado, sólo con sus familiares y sus seres más cercanos”.
A Fernando Canales (Torreón, 1920) se le conoce como una persona con gran humildad a pesar de haber participado en varios de los proyectos más brillantes de la cultura en nuestro país. Se decía “un hombre con suerte, porque fue beneficiario de la vida y apasionado de la verdad”.
Siempre sostuvo su deuda con México y el ideal de estar vivo y no temer a la muerte. En retribución, hizo lo posible por “hacer algo para disminuir la injusticia que viven millones de mexicanos, que no han tenido las mismas oportunidades y, por tanto, todos somos culpables”.
Canales Lozano se presentaba como “un hombre de izquierda”. Decía que en su casa había pobreza y que él aprendió desde muy pequeño a preocuparse por los demás y que adoptó este lema como principio de vida. Se decía un chico afortunado porque “en él no se enraizó la apatía, por el contrario emergió de la pobreza con conciencia de solidaridad y buscaba soluciones comunes”.
Constituyó la Fundación Canales de Ayuda junto con su familia, con el convencimiento de que en nuestra nación hace falta educación de la ciencia para impulsar y aprovechar a los grandes y mujeres. Impulsa el interés sobre todo en los niños y amplía las oportunidades de desarrollo de jóvenes con vocación científica y tecnológica por medio de programas como Adopte un Talento.
Insistía en que “la única manera de ayudar a nuestro pueblo es con la educación… Sin ella no tenemos horizonte y hay que hacer algo para ampliar las oportunidades de aprender, para que la vida cambie. Para que nuestro país progrese hay que ayudar al talento de niños y jóvenes brillantes, porque al recobrar su libertad de pensamiento generarán progreso”.
Canales Lozano fue gerente del diario Novedades en su época de oro, en la segunda mitad del siglo pasado, y es reconocido en la actualidad como una leyenda del periodismo.
A él se debe la aparición de “México en la Cultura”, uno de los mejores suplementos culturales en el país, dirigido por el periodista Fernando Benítez (1912-2000), a quien Canales recordaba no sólo como uno de sus mejores amigos, sino como su maestro.
Con su tocayo y amigo, compartía su preocupación y simpatía por las comunidades indígenas del país, a las que han robado, explotado, humillado y nunca se les ha dado su lugar, explicaba.
El artista Vicente Rojo (1932-2021) reconocía en Fernando Canales una “gran sabiduría y una tenacidad que mantuvo durante 13 años, semana a semana se dedicaba a convencer al director, y sobre todo a los dueños, del enorme prestigio que el suplemento le daba al diario Novedades”.
En los años 60, Canales y Benítez participaron en otro proyecto editorial esencial para la cultura del país: la creación de una nueva empresa para acoger al editor argentino Arnaldo Orfila Reynal, a quien el presidente Gustavo Díaz Ordaz había despedido del Fondo de Cultura Económica por publicar Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis. El proyecto se llamaría Siglo XXI Editores.
Canales fue una de las personas que aportaron capital para lanzarlo y, más tarde, cuando la editorial atravesó una difícil situación económica, don Fernando fue elegido presidente del consejo de administración hasta que dejó las finanzas saneadas y con las reservas necesarias para continuar su labor como una de las grandes casas editoras del país.