Wilhelmshaven. El canciller alemán, Olaf Scholz, inauguró ayer en el puerto de Wilhelmshaven, en el mar del Norte, la primera terminal de gas natural licuado (GNL) de Alemania para adaptarse a vivir sin hidrocarburos rusos.
“Es un buen día para nuestro país y una señal para el mundo entero de que la economía alemana podrá seguir siendo fuerte”, declaró Scholz a bordo de un buque metanero, conocido como unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FRSU), bautizado como Hoegh Grace.
La estación, ya cargada con gas de Nigeria que puede abastecer 50 mil hogares durante un año, empezará el suministro el próximo día 22.
Alemania planea la apertura de otras cinco bases gasíferas iguales financiadas por el gobierno en los próximos meses, además de una infraestructura privada.
“Es el nuevo ritmo de Alemania con el que progresan nuestras infraestructuras”, se congratuló el canciller. Todas estas instalaciones juntas deberían suministrar 30 mil millones de metros cúbicos del combustible anual a partir delpróximo año, lo que supone un tercio de las necesidades totales del país. Berlín aún deberá encontrar suficiente hidrocarburo para abastecerlas. Las bases en cuestión permiten la importación marítima de gas natural que ha sido enfriado y condensarlo en líquido para facilitar su transporte.
Las unidades FRSU almacenan el GNL y lo reconvierten en gas listo para usar. Hasta ahora, Alemania no disponía de estas terminales y 55 por ciento de su suministro dependía del gas barato enviado por gasoductos desde Rusia, pero desde la invasión de Ucrania, las entregas a Alemania cayeron y Berlín se vio obligado a recurrir al GNL procesado en puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos, pagando una prima por los costos de transporte.
El gobierno decidió invertir para construir sus propias instalaciones lo más pronto posible y gastó miles de millones de euros; sin embargo, Alemania todavía no ha firmado ningún contrato importante a largo plazo para asegurar el abastecimiento a partir de enero.
Existe un contrato con Qatar para abastecer las instalaciones de Wilhelmshaven, pero las entregas están programadas hasta 2026.
Los proveedores quieren contratos a largo plazo pero Alemania no quiere atarse las manos con acuerdos a muchos años, dado que el país aspira a alcanzar la neutralidad de carbono en 2045.
“Las compañías deben saber que las compras en Alemania eventualmente disminuirán, si queremos cumplir nuestros objetivos de protección del clima”, declaró el ministro de Economía, Robert Habeck.
Por otra parte, Azerbayán suministrará electricidad a la Unión Europea a través de un nuevo cable submarino , según un acuerdo firmado con Hungría, Rumania, Georgia, y destinado a diversificar los recursos del bloque tras la invasión rusa a Ucrania.