Santa Fe, Tex., Las autoridades de El Paso, Texas, describieron el jueves una crisis humanitaria mientras lidian con la liberación de casi mil 600 migrantes al día hacia albergues locales y las calles de la ciudad fronteriza, en medio de preparativos para recibir a un número incluso mayor de migrantes una vez que concluyan la próxima semana las restricciones al asilo impuestas durante el gobierno de Donald Trump.
El alcalde de El Paso, Oscar Leeser, dijo en conferencia de prensa que la ciudad está distribuyendo retretes portátiles y estaciones de agua, y que ofrece habitaciones de hotel a migrantes. Añadió que el número de migrantes rebasa la capacidad de la instalación de recepción del condado y de la red regional de albergues afiliados con grupos religiosos y sin fines de lucro.
El Departamento de Seguridad Nacional ha indicado que podría liberar a más migrantes dentro de Estados Unidos después de que lleguen a su fin las restricciones al asilo. En tanto, los gobiernos locales y autoridades fronterizas advierten que hay migrantes esperando para cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Con las restricciones actuales se ha negado el derecho a solicitar asilo más de 2,5 millones de veces con el argumento de evitar la propagación del covid-19.
En estos días, El Paso ha sido testigo de cómo cientos de migrantes vadean las aguas poco profundas del río Grande (o Bravo) hacia Estados Unidos, formando filas a lo largo del muro fronterizo para acercarse a las autoridades migratorias y solicitar protección humanitaria. Las autoridades de la ciudad temen que el cambio en las políticas de asilo pueda duplicar el número local de cruces de migrantes, el cual alcanzó casi 2 mil 500 migrantes al día en la última semana, según algunas estimaciones.