Ciudad de México. El Poder Judicial Federal (PJF) superó una etapa de corrupción y resiste los embates de los factores reales de poder, afirmó el ministro Arturo Zaldívar al rendir su cuarto y último informe de labores como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador; los líderes de las cámaras de Diputados y Senadores, Santiago Creel y Alejandro Armenta, respectivamente; la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, entre otros funcionarios, Zaldívar sostuvo que deja el cargo con la satisfacción del deber cumplido y con la convicción de que no hay necesidad más apremiante en el país que la justicia social.
Reconoció que al llegar a presidir el PJF no tenía la confianza de la ciudadanía, quienes veían a ese poder como una serie de instituciones distantes, al servicio de los privilegiados, con corrupción y nepotismo.
Por ello, se castigó a 17 titulares de juzgados y tribunales, se impusieron sanciones económicas por más de 16 millones de pesos y se judicializaron tres carpetas de investigación en contra de funcionarios públicos que cometieron delitos contra la administración de justicia.
En materia de nepotismo se realizaron 197 readscripciones para evitar que miembros de una familia trabajen en un órgano jurisdiccional.
Añadió que durante los cuatro años en que estuvo al frente del PJF su trabajo se enfocó en hacer una justicia al servicio de los más discriminados y desposeídos.
“Un México justo e igualitario, sin discriminación, clasismo ni racismo es posible. Un México en el que hombres y mujeres, de todas las edades, de todos los colores de piel, sin distinciones por su discapacidad, su pertenencia a la diversidad sexual, o su origen étnico, puedan desarrollar libremente su personalidad, sin las ataduras de una sociedad que encasilla, limita, y condena a la marginación, es posible.
“Un México en el que los pobres, los olvidados, los marginados y los discriminados sean volteados a ver. Que tengan educación, vivienda, salud, alimentación y justicia. Que vivan con dignidad y con la frente en alto, es posible”, sostuvo.
Sobre los efectos de la reforma judicial, resaltó que ha permitido a los juzgados y tribunales resolver casos que antes tenían que llegar hasta la SCJN, por lo cual ha bajado la carga de trabajo en el máximo tribunal.
Así, mientras en 2018 las salas de la Corte resolvieron 7 mil 728 asuntos, este año la cifra fue de 2 mil 387: una reducción de casi 70 por ciento.
Respecto de la nueva justicia laboral, aseguró que es toda una realidad, pues al 31 de octubre de 2022 han ingresado casi 40 mil asuntos, que se resuelven en un promedio de entre tres y seis meses.
Entre las acciones que tomó, resaltó la creación de una Secretaría Técnica de Combate a la Tortura, la cual recibió más de 5 mil denuncias.
Respecto del Instituto de la Defensoría Pública Federal, informó que atendió a mil mujeres, de las cuales nueve han recuperado su libertad, luego de que los casos se revisaron con perspectiva de género.
El instituto dio asesoría legal a más de 35 mil personas y en los cuatro años recientes obtuvo la libertad para 44 mil 142 procesados.
“El México que vislumbro es quizás una utopía. Como dijo Fernando Birri en la frase que inmortalizó Eduardo Galeano, la utopía está en el horizonte, nunca la voy a alcanzar: camino 10 pasos, ella se aleja 10 pasos. Camino 20 pasos y el horizonte se aleja 20 pasos más. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. ¿Entonces, para qué sirve entonces la utopía? Sirve para eso, para caminar”, concluyó Zaldívar.
Al término del informe, el presidente López Obrador se retiró caminando a Palacio Nacional, en esta ocasión no se quedó a comer con los ministros, como es tradición cada año, para evitar suspicacias sobre cualquier posible influencia en la elección del próximo presidente de la SCJN, informaron algunos miembros del pleno.