Madrid. Esta nueva y brillante imagen muestra una pequeña sección de la nebulosa Carina, uno de los objetos más fotografiados del telescopio Hubble de la NASA / ESA.
Carina, NGC 3372, es una enorme nube de gas y polvo que alberga varias estrellas masivas y brillantes, incluidas al menos una docena que tienen entre 50 y 100 veces la masa de nuestro Sol. Es una nebulosa de emisión, lo que significa que la intensa radiación de sus astros ioniza el gas y hace que brille. Ese gas se extiende amplia y finamente sobre un área grande, lo que le otorga la designación adicional de nebulosa difusa.
La nebulosa es un área dinámica del cielo con ráfagas de formación de estrellas que ocurren junto con la muerte de estrellas. A medida que esos cuerpos se forman y producen radiación ultravioleta, sus vientos estelares dispersan el gas y el polvo a su alrededor, a veces formando mantos oscuros y arenoso y, a veces, creando áreas vacías para que los astros se vuelvan claramente visibles.
Luz infrarroja del telescopio
Para tomar esta imagen de la nebulosa de Carina, los científicos confiaron en las capacidad de luz infrarroja del Hubble, que detecta longitudes de onda de luz más largas que no se dispersan por el polvo pesado y el gas que rodea las estrellas. Esta imagen muestra sólo una pequeña sección de la nebulosa, ubicada cerca del centro en un área con gas más fino, informó la NASA.
Debido al enorme tamaño de la nebulosa (alrededor de 300 años luz), los astrónomos sólo pueden estudiarla en secciones, reuniendo los datos de imágenes separadas para comprender su estructura y composición a gran escala.
La nebulosa Carina es visible a simple vista desde el hemisferio sur de la Tierra. Está a unos 7mil 500 años luz del planeta en la constelación austral de Carina, la Quilla.
Los astrónomos le han dado muchos apodos en los pasados cien años, incluyendo la Gran nebulosa y la nebulosa Eta Carinae por la estrella brillante en su corazón. Fue descubierta en el Cabo de Buena Esperanza, Sudáfrica por Nicolas Louis de Lacaille en 1752.