La Reserva Federal (Fed), el banco central estadunidense, cierra 2022 con una tasa de referencia –que determina el costo del crédito al que se financian empresas y personas– en un rango de entre 4.25 y 4.5 por ciento, niveles que no se veían desde diciembre de 2007, como respuesta al combate de una elevada inflación, y alertó que en 2023 podrían superar el techo de 5 por ciento que se había calculado en septiembre.
Lo anterior implica que por lo menos anunciará otras alzas por un total de 0.75 puntos porcentuales el próximo año; es decir, más aumentos aunque de menor magnitud.
La reacción del peso mexicano, así como de los mercados accionarios fue negativa, ya que la nueva guía de futuros pasos del banco central de la mayor economía del mundo y que es la principal socia comercial de México implica niveles mayores al estimado por el mercado.
De manera unánime, la Fed, que preside Jerome Powell, aprobó un aumento de la tasa de interés de 0.50 puntos porcentuales y adelantó planes para otros aumentos durante la primavera para combatir la alta inflación (7.1 por ciento interanual en noviembre).
La decisión marcó la moderación a la baja, después de cuatro aumentos consecutivos de 0.75 puntos porcentuales, y elevó la tasa de referencia de los fondos federales (costo del crédito), a un máximo de 15 años.
Pronósticos
Los nuevos pronósticos económicos de la Fed, que acompañaron la decisión monetaria, mostraron que los funcionarios ahora ven que las tasas de interés de referencia alcanzarán un máximo de 5.1 por ciento en 2023, es decir, 0.50 puntos más que el 4.6 por ciento proyectado en septiembre. Los funcionarios prevén que bajarán a 4.1 por ciento en 2024, también un poco más altas de lo proyectado anteriormente.
Sobre el crecimiento económico, la autoridad monetaria estadunidense revisó al alza su estimación para 2022, por lo que ahora anticipa un crecimiento de 0.5 por ciento desde el 0.2 por ciento previsto en septiembre. Sin embargo, la recortó para 2023 de 1.2 a 0.5 por ciento, y para 2024 de 1.7 a 1.6 por ciento.
Con relación a la inflación, la expectativa para 2022 se revisó ligeramente hacia arriba, al ubicarse en 5.6 desde 5.4 por ciento del informe previo. De esta manera, para 2023 se espera un incremento en los precios al consumidor de 3.1 por ciento, frente al 2.8 por ciento anterior.
Tropiezo cambiario
De acuerdo con el Banco de México (BdeM), la moneda nacional se depreció este miércoles 0.55 por ciento, equivalente a 10.83 centavos, para cerrar en 19.6777 unidades por dólar spot, después que ayer, con la celebración de una menor inflación general en Estados Unidos, ganó 1.06 por ciento.
En vísperas de que el BdeM decida hoy su último movimiento monetario del año, participantes del mercado prevén que aplique la misma dosis de la Fed, un aumento de 0.50 puntos porcentuales, para llevar el precio del crédito a una tasa de 10.50 por ciento. De seguir el ritmo de la Reserva Federal, la tasa de México rondaría 11.25 por ciento el próximo año.
El índice del dólar, el DXY, que mide el comportamiento de la divisa estadunidense, se depreció 0.32 por ciento, a 103.227 unidades.
El S&P 500 cayó 0.61 por ciento, a 3 mil 995.32 unidades, después de dos días de ganancias, mientras el promedio industrial Dow Jones perdió 0.42 por ciento, a 33 mil 966.35 enteros. El Nasdaq, de gran tecnología, bajó 0.76 por ciento, a 11 mil 170.89 puntos.
Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores presentó una caída de 0.57 por ciento, para cerrar en 50 mil 47.70 unidades.
El WTI cerró la sesión con una ganancia de 2.68 por ciento, a 77.28 dólares por barril; mientras el Brent se incrementó 2.68 por ciento a 82.70 dólares.
Las ganancias se debieron a la expectativa de una mejor demanda mientras siguen las preocupaciones en torno a la oferta.