Madrid. Con un contexto histórico enmarcado por la migración y recientes atentados, el triunfo de la selección de Francia ante Marruecos en el Mundial preveía un tensión entre aficionados que de manera inevitable se cumplió tanto en territorio galo como en Bélgica.
En medio de festejos y disturbios, la policía francesa detuvo a 170 personas, 100 de ellas en París. Además también dispersó a centenares de aficionados cuando varios lanzaban fuegos artificiales alrededor del Arco de Triunfo.
La celebración se tiñó de luto en Montpellier, donde un adolescente de 14 años murió atropellado, indicó la prefectura. Las autoridades también detuvieron a un grupo de 40 personas cercanas a la ultraderecha que querían unirse a las celebraciones parisinas con armas prohibidas.
En Niza, al sur de Francia, un grupo de encapuchados insultó a la afición marroquí mientras unos y otros tiraban bengalas. Varios hombres persiguieron a los africanos, gritando: “¡Arabes fuera!”, señaló el diario local Le Figaro.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Francia tiene 8.5 millones de migrantes, la mayoría nacidos en países de África del Norte. Sin embargo, después de los atentados en 2015 en París por un grupo yihadista se reavivó el racismo, así como la islamofobia, lo cual se vio reflejado ahora en los festejos por el pase de Les Bleus a la final en Qatar.
Ante el temor de que se detonaran enfrentamientos, el gobierno de Francia movilizó a 10 mil efectivos de la policía y la gendarmería en un operativo que utilizó al menos 5 mil agentes sólo en la región de París.
Miles de aficionados, custodiados por el fuerte dispositivo policial, se reunieron en los Campos Elíseos para el festejo. “On est en finale, on est en finale” (Estamos en la final, estamos en la final), entonaban centenares de franceses reunidos pese al frío en la célebre avenida parisina.
En Bélgica, otro de los países con gran número de migrantes marroquíes, la policía dispersó con agua y gases lacrimógenos a una multitud.