Los cárteles mexicanos y los grupos delictivos de la Unión Europea colaboran en el tráfico de metanfetamina y cocaína de América Latina a Europa, según un informe publicado el miércoles por Europol y la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA).
Según el informe, la primera iniciativa conjunta de este tipo en la que participan ambas partes, las bandas criminales con base en México y sus homólogas europeas corrompen a funcionarios de los sectores público y privado para que les ayuden en el contrabando de drogas.
Los delincuentes también se infiltran en compañías de transporte y comercio para ocultar los envíos o crean sus propias empresas con la ayuda de individuos que ocultan su identidad.
Europol y el Observatorio Europeo de la Droga y las Toxicomanías (OEDT) habían advertido en mayo que Europa se estaba convirtiendo cada vez más en un centro de producción de cocaína y un punto de tránsito para envío a otras regiones del mundo, debido al aumento de la producción en Sudamérica y a la creciente capacidad de procesamiento de la droga en bruto en el propio continente europeo.
Según el reporte, los cárteles envían la droga a Europa por vía marítima o aérea, normalmente oculta en alimentos, materiales de construcción y productos básicos como filtros de agua y marcos de madera para puertas. Una vez que llegan a la UE, las redes delictivas locales las trasladan a destinos finales en Europa y fuera de ella.
En el caso de la metanfetamina, el destino suele estar fuera de la UE, que se convierte en un mero punto de tránsito, antes de que la droga se envíe a mercados más rentables de Oceanía y Asia, según el informe.
"Algunos indicios apuntan a la participación de grupos delictivos mexicanos en la explotación de laboratorios de conversión de cocaína en el territorio de la UE", señaló el informe, añadiendo que también existe el riesgo de que la cooperación ilícita se amplíe a otras drogas.
Los principales cárteles de México, como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, tienen amplias zonas de influencia dentro del país y ejercen una violencia brutal por el control de las rutas de la droga.
En febrero de 2020, las autoridades italianas descubrieron una operación de narcotráfico de los miembros de Sinaloa y sus socios establecidos en la UE. Países Bajos, Bélgica y España también han desmantelado instalaciones de producción ilícita en las que participaban ciudadanos mexicanos en los últimos años, según el informe.
Una mayor presencia de los cárteles en suelo de la UE podría suponer más violencia y mayores beneficios para las redes criminales mexicanas, sostiene el reporte.