Guatemala. Un tribunal de Guatemala encontró culpables ayer al ex presidente Otto Pérez Molina, quien gobernó el país entre 2012 y 2015, y a su vicepresidenta Roxana Baldetti, de asociación ilícita y defraudación aduanera. Queda pendiente la condena de ambos.
Pérez, militar retirado de 72 años, se encuentra preso desde hace siete años acusado de liderar una presunta red de defraudación aduanera en el caso conocido como La Línea. Baldetti también está presa desde 2015.
El ex mandatario llegó al cargo prometiendo mano dura contra la delincuencia con el Partido Patriota, pero tuvo que renunciar cuatro meses antes de entregar la presidencia, en medio de protestas por escándalos de corrupción.
La Línea fue un caso investigado por la extinta Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), auspiciada por la Organización de Naciones Unidas. Según sus conclusiones, la estructura defraudó 3.5 millones de dólares al Estado y tanto Pérez como Baldetti recibieron parte de ese dinero.
El tribunal no pudo acreditar el enriquecimiento ilícito, el tercer delito que se les imputaba.
Pérez Molina, así como los casi 30 acusados, han dicho que son inocentes de los cargos de asociación ilícita, defraudación tributaria y enriquecimiento ilícito.
En un intermedio de la audiencia declaró a periodistas que se va a probar que le habrían fabricado un caso. “Soy inocente”, sostuvo.
La Cicig era un ente de Naciones Unidas que durante 12 años desarticuló más de 60 estructuras del crimen organizado y aparatos clandestinos de seguridad incrustados en el Estado guatemalteco y llegó a su fin en 2019 tras la decisión del entonces presidente Jimmy Morales de no renovar su mandato.
Tras la salida de la Cicig de Guatemala gran parte de los casos que investigó se revirtieron y los acusados de corrupción fueron puestos en libertad.