En un contexto de inflación y de aumento de la población con hambre en América Latina y el Caribe, se prevé una caída en la producción mundial de maíz de 4 por ciento para el ciclo 2022-2023. México es el país de la región con más déficit en su saldo comercial en cereales, con 4 mil 459 millones de dólares en promedio entre 2018-2020, de los cuales dos terceras partes (2 mil 977 millones) corresponden a maíz.
Esto advierte el reporte Hacia una seguridad alimentaria y nutricional sostenible en América Latina y el Caribe en respuesta a la crisis alimentaria mundial, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés).
Indica que México también presenta un déficit en carnes por mil 800 millones de dólares y de 571 millones en aceites vegetales, aunque en frutas y hortalizas –productos que México exporta– es superavitario en 13 mil 690 millones de dólares.
La inflación eleva el riesgo de hambre, inseguridad alimentaria y los problemas de acceso a una dieta saludable, pues afecta más a los hogares de menores ingresos. El alza del precios internacionales de básicos a 12 meses llegó en promedio a 11.7 por ciento en septiembre, indica el reporte.
Mario Lubetkin, representante regional de la FAO, explicó que en la zona aumentaría 0.2 puntos la pobreza extrema y podría llegar a 81.8 millones de personas; el hambre creció en 30 por ciento entre 2019 y 2021, y la alta dependencia de la importación de fertilizantes y la variación de precios de los alimentos tiene impacto negativo en los medios de vida.
Además, sólo entre septiembre de 2021 y noviembre pasado, la llegada de migrantes a la frontera de México y Estados Unidos aumentó 37 por ciento, indicó Lola Castro, directora del WFP para América Latina y el Caribe.
Factores climáticos
José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal, aseveró que la guerra entre Rusia y Ucrania y los factores climáticos afectaron más que la pandemia. Los fertilizantes son cada vez menos asequibles y la región es altamente dependiente, ya que importa 80 por ciento de éstos, apuntó.
Los precios de estos insumos aumentaron en 2021 por el alto precio del gas natural, y al comenzar la guerra alcanzaron los niveles máximos. Planteó que se estima que los precios se mantendrán elevados y los pequeños agricultores no pueden comprarlos, lo cual incidirá en la productividad.