Ha sido en principio una cubetada de agua fría a los partidos X (es decir, los agrupados alrededor de la gerencia de Claudio X. González: InAcción Nacional y lo que queda del De la Revolución Democrática, con el PRIAlitismo como adúltero aliado, siempre en aptitud de salir en la noche por cigarros –electorales, podrían ser esta vez– y no regresar a la coalición).
En caso de sostenerse el acuerdo de Movimiento Ciudadano (MC) expresado ayer en la Convención Nacional Extraordinaria por su fundador y accionista principal inamovible, Dante Delgado Rannauro, en el sentido de no aliarse en 2024 con ningún partido, la presunta unidad opositora quedaría rota.
En ninguna de las hipótesis emecistas viables hay buenas noticias para Va por México: sin el partido naranja se dividiría el voto opositor, lo cual beneficiaría a Morena y sus aliados, pero en una proporción aún impredecible.
El “daño” más evidente se produciría si la candidatura presidencial que llegara a presentar el Movimiento Dantesco quedara en alguno de sus aspirantes actuales: Samuel García, el frívolo cogobernador conyugal de Nuevo León; Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal de Monterrey, aparentemente desentendido del futurismo, o Enrique Alfaro, el refunfuñón y mal calificado gobernador de Jalisco.
Pero un eventual fichaje emecista de disidencias sí alcanzaría a debilitar al partido guinda. En los giros de lo imponderable que caracterizan a la política podrían quedar Marcelo Ebrard como aspirante a la Presidencia de la República (si no le atraviesan en el camino el expediente de la Línea 12) y Ricardo Monreal a la gubernatura de la Ciudad de México (si no le aprietan demasiado en el terreno familiar en Zacatecas).
Los tres personajes centrales de esta hipótesis tendrían razones para buscar revanchas, no sólo por el eventual despecho ante el obradorismo gobernante, que a estas alturas parecería decantarse por la hermana, o hija, Claudia: seguidores de Ebrard consideran que AMLO le debe al canciller la candidatura que, afirman, Marcelo “cedió” en 2012 al tabasqueño; Monreal ha dicho en privado que López Obrador le pidió ser candidato a jefe delegacional en Cuauhtémoc como antesala para ser postulado al gobierno capitalino en 2018, pacto que no se habría cumplido por la irrupción de Sheinbaum, y Dante Delgado se considera maltratado luego de apoyar a AMLO en las primeras dos candidaturas presidenciales y podría aspirar a ser candidato a gobernador de Veracruz (ya fue mandatario, pero interino).
Mientras la fiebre previa a lo electoral consume la atención nacional, con corcholatas y familia entre extendida y no reconocida (Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal) y con Lorenzo Córdova y el Instituto Nacional Electoral en diversas elaboraciones tragicómicas, en Argentina se espera hoy la emisión de una sentencia contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, acusada de actos de corrupción.
El desenlace jurídico se producirá al tiempo que se han revelado presuntos chats del “escándalo de los jueces de Clarín”, que mostraría las facetas de la guerra judicial contra poderes políticos conocido como lawfare. El diario Página12 así lo describe:
“Jorge Rendo y Pablo Casey, presidente y abogado del (mediático) Grupo Clarín, respectivamente, invitaron a un grupo de funcionarios, jueces y fiscales directamente vinculados a la persecución judicial a Cristina Fernández de Kirchner a pasar unos días en Lago Escondido, la estancia patagónica del magnate inglés Joe Lewis, amigo personal de Mauricio Macri. Descubiertos, intentaron encubrir esta reunión a través de la confección de facturas truchas (apócrifas) y el direccionamiento de la causa en la que se los investiga” (https://bit.ly/3utC7FE).
Y, en Perú, este miércoles el Congreso decidirá si declara en vacancia la presidencia de Pedro Castillo, líder sindicalista y rondero (autodefensas) que, entre graves errores políticos propios y una campaña clasista de sus opositores, ha sido objeto constante de intentos de destitución. ¡Hasta mañana!
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