Guadalajara, Jal., La novela Por desobedecer a sus padres es “un reflejo del trabajo vivo, desafiante, lúdico y transgresor” del poeta cercano a los infrarrealistas Darío Galicia; esta obra se basó en ir “todo el tiempo tras el conejo de la imaginación, la fantasía y la ficción literaria”, explica su autora, Ana Clavel.
La novelista dice a La Jornada que la narración editada por Alfagura “es hacer el mejor de los homenajes posibles a una figura salvaje, contestataria, rebelde, luciferina, desafiante como fue Darío”, no sólo antes de la neurocirugía que atravesó y que produjo su deterioro.
El libro se presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuya edición 36 terminó el domingo pasado.
En la búsqueda, continúa la también cuentista, “del Darío histórico, real, se va desatando la información de que también fue personaje en Los detectives salvajes; Roberto Bolaño dice que son aneurismas los que propiciaron su decadencia y toda su minusvalía”.
Relata: “Me he caracterizado por un trabajo de deseos y sombras. He articulado una suerte de poética de las sombras, a veces con registros más sensoriales, sensuales e incluso eróticos. Voy tras Galicia como personaje sombra que a su vez fue detrás de sus deseos. Se podría señalar el castigo o esta imagen del destino ensañándose con él, como si hubiera sido por desobedecer a sus padres”.
Clavel (CDMX, 1961) sostiene que su narración “recurre a los testimonios, a la investigación biográfica, pero sobre todo a la ficción. Todo está entramado de tal manera que parece un artefacto literario que puede simular un reporte clínico, un testimonial, pero es una novela no convencional” y se vale de la fantasía con fragmentos “que hacen alusión al personaje de Darío G. Alicia, como una suerte de Alicia carrolliana”.
Recuerda que conoció al poeta cuando ella tenía 23 años y estudiaba en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Darío firmaba, a manera de ironía, como Darío G. Alicia. Era muy juguetón y creativo con el lenguaje y gran lector de Lewis Carroll”.
Apunta que su protagonista narradora, Ana Laurel, es “un alter ego lúdico, ficcionalizado, para tener mayor libertad de juego para este título de ficción. Esto también se da en los testimonios que entran a manera de mural de voces, recreando un antes y un después de lo que fue Galicia a partir de la operación cerebral, ya sea por aneurisma, lobotomía o por estancias en el siquiátrico por problemas de conducta”.
El título, refiere, tiene que ver “con un imaginario humano y occidental: la idea presente en la Biblia en el mandamiento de ‘honrarás a tu padre y a tu madre’. Con todo ese imaginario judeocristiano y más allá. Si uno ve la figura de, por ejemplo, Júpiter o Zeus o Cronos siempre está esa maldición que cae por desobedecer al padre”.
Los fenómenos de feria que presentaban a una persona monstruosa, por ejemplo un lagarto con cara de mujer, que cuando le preguntaban “‘¿por qué estás en tan lamentable condición?’ y con voz aguda y llorosa, respondía: ‘Por desobedecer a mi padre’. Independiente del contexto de la feria, la sola frase en viejas o nuevas generaciones despierta la rebeldía ante el castigo”.
La autora de Territorio Lolita concluye: “Cuando uno trabaja comprometido con su tema no hay faros desde fuera. Es en la inmersión en el trabajo que el bote va haciendo señales de hacia adónde tienes que ir. No sabía, por ejemplo, que las entrevistas que hice a los amigos de Darío me iban a servir para armar este coro de voces”.
“Sí sabía que no iba a ser una novela histórica convencional. Eso sería nada más mostrar a un personaje victimizándolo; para un asunto tan realista, mejor que se queden en los informes médicos o un libro testimonial. Me interesaba hacer otra cosa, porque soy novelista.”