Chimalhuacán, Méx. “Yo quería justicia y lo único que obtuve es que golpearan a mi mamá y perdiéramos todo lo que hicimos en toda nuestra vida”, se lamenta Yashi quien en la búsqueda de castigo a los policías municipales quienes la violaron hace dos años, como respuesta sólo ha obtenido más agresiones e intimidación con amenazas de muerte en contra de ella y su familia.
Laura Velázquez Florencio integrante del colectivo de lucha contra el feminicidio “Justicia para Diana”, recordó que el calvario de Yashi quien es menor de edad, inició con la detención de su padre. Ambos viajaban en una motoneta cuando fueron interceptados por policías de Chimalhuacán.
Al hombre, unos policías se lo llevaban detenido en una patrulla y a la menor otros uniformados le pidieron que los siguiera para llevarla, supuestamente, al lugar donde sería presentado su progenitor. Sin embargo, la menor de edad fue conducida a otro sitio donde la privaron de la libertad durante tres días, tiempo en el que fue ultrajada infinidad de veces.
Yashi denunció, sin embargo, la respuesta fue vivir un calvario peor. La familia ha recibido amenazas y hostigamiento por parte de elementos de Seguridad Pública y Tránsito Municipal. Hace ocho meses, el viernes primero de abril, Irene madre de Yashi, fue detenida y golpeada por uniformados.
La pusieron a disposición ante el Ministerio Público, pero al Centro de Justicia de Chimalhuacán, arribaron madres de víctimas de feminicidio quienes exigieron la liberación de Irene y la consignación de los agentes agresores.
Durante 48 horas, las integrantes de diversos colectivos estuvieron en plantón, hasta que la madrugada del domingo tres policías estatales y municipales, más de 300 efectivos desalojaron el plantón.
Durante el operativo, golpearon a las mujeres, entre ellas a las señoras Lidia Florencio e Irinea Buendía, quienes llevan años en una batalla jurídica y de protesta en la calle, en búsqueda de justicia por el feminicidio de sus hijas Diana y Mariana, respectivamente.
A ocho meses de la agresión, la intimidación continúa en contra de Yashi y su familia. Aunque ella y su madre tuvieron que abandonar Chimalhuacán, los uniformados las han perseguido, en venganza por la carpeta de investigación que sigue en proceso por la privación ilegal de la libertad y el delito de violación.
Yashi denunció que desde finales de la semana pasada el acoso se agravó. Ella se culpa por las agresiones de las cuales también son víctimas su madre y su hermano, lo cual atribuye al pretender castigo para sus violadores.
“Me quitaron todo, pero no voy a dejar que me quiten a mi mamá, ni a mi hermano”, sostuvo al asegurar que a los tres han intentado privarlos de la vida.
“Y aunque a las autoridades, ni a nadie le importe mi familia, a mí sí. Así sea con mi misma vida, los voy a proteger”, advirtió la adolescente quien este lunes viajaría a la ciudad de Toluca para continuar con su denuncia.
Laura Velázquez, su madre Lidia y doña Irinea, entre otras madres cuyas hijas fueron víctimas de feminicidio, se solidarizaron con Yashi. Ellas, recientemente viajaron a Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde visitaron el memorial para las víctimas del campo algodonero, las cruces de clavos que se erigieron por los feminicidios de Maricela Escobedo y su hija; así como otros sitios donde se hallaron cuerpos de mujeres.
Las madres de Chimalhuacán en compañía de otras mujeres de Chiapas, ahora tienen como objetivo, viajar a Guanajuato, otra de las entidades donde prevalece la violencia de género.