Doha. En medio del clamor por sus hazañas en el campo tras la victoria ante Polonia, el delantero francés Kylian Mbappé habló por primera vez con la prensa en Qatar 2022, disculpándose por no hacerlo antes y comprometiéndose a pagar la multa impuesta a la Federación Francesa por su silencio mediático.
“Ha habido muchas preguntas de por qué no hablaba. No tengo nada en contra de los periodistas, simplemente necesito concentrarme en la competencia. Cuando quiero enfocarme en algo, necesito hacerlo al cien por ciento para no perder energía con otras cosas”, explicó.
Desde que comenzó el Mundial, Mbappé había evitado las conferencias, tanto para no hablar de su futuro con el PSG así como para no ser relacionado con la cervecera Budweiser, patrocinador de Qatar 2022 y el cual entrega el premio al mejor jugador después de cada partido.
Al ser considerado un referente para los niños que aspiran a ser futbolistas prefiere no promocionar una bebida alcohólica.
En lo estrictamente deportivo, admitió que ser campeón del mundo por segunda vez consecutiva “es una obsesión” por encima de los objetivos personales. “Mi única meta es ganar la Copa del Mundo. Es lo único con lo que sueño. Vine para levantar el título, no por el Balón de Oro (al mejor jugador del torneo) o la Bota de Oro (al máximo goleador). Si obtengo esos reconocimientos estaré contento, pero no estoy aquí por eso, sino para triunfar con la selección francesa”, sentenció.
“Kylian habla con los pies, ¡y muy bien! Puede cambiar un partido en un instante”, declaró el estratega de Les Bleus, Didier Deschamps.
El técnico de Polonia, Czeslaw Michniewicz, también alabó el talento de Mbappé y lamentó las ocasiones perdidas que su equipo tuvo contra la vigente campeona.
“No hay una fórmula mágica para detener a Mbappé, es un jugador fantástico y hoy nos hizo mucho daño”, admitió.
“Ahora regresaremos a nuestro país tristes y decepcionados. Esperábamos quedarnos más tiempo y podríamos haber ganado de haber marcado primero. Nos vamos con un poco de sabor amargo, pero con el orgullo de haber alcanzado nuestro objetivo (los octavos), algo que Polonia no lograba desde hace 36 años”.
El ariete Robert Lewandowski, quien a sus 34 años disputa quizá su última Copa del Mundo, reconoció que “nos faltó calidad para lograr algo más grande”.