El momento que atraviesa la selección nacional es un asunto urgente en las altas esferas del futbol mexicano. Lo primero es reducir la brecha entre el objetivo y la realidad, señala el presidente de Cruz Azul, Víctor Velázquez.
Es decir, se debe “analizar cómo se trabaja en los clubes y hacer un análisis profundo de los cambios que se pueden dar para tener mejores resultados. ¿Qué podemos decir los mexicanos? Esperábamos el cuarto partido con mucha ilusión. A veces hay que tocar fondo para salir adelante.”
Velázquez sostiene que dicho proceso de reconstrucción apunta a todos los niveles, incluida la presidencia de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), donde, aclara, no está garantizada la continuidad de Yon de Luisa.
“Todavía no se ratifica que siga Yon, no se ha tenido una reunión con toda la junta de dueños, que es lo más prudente. Apenas vamos llegando todos (del Mundial).
“Hasta que podamos hacerlo, decidiremos lo que depara el futuro”, comenta.
Con la salida del técnico Gerardo Martino, el directivo, quien viajó a Qatar para presenciar la fase de grupos del Tricolor, ofrece una primera pista sobre el perfil que se busca en el siguiente entrenador nacional.
“Que sea mexicano. Se ha criticado mucho eso, pero es una decisión de todos los que conformamos el gremio. No teníamos un fracaso como éste desde Argentina 1978”, agrega.
Como hicieron ya otras voces del gremio, Velázquez subraya que los clubes deben apoyar el crecimiento del Tri en cada categoría. En la dirección de selecciones nacionales, recuerda, se encuentra trabajando Jaime Ordiales, a quien conoce desde su etapa como directivo de Cruz Azul.
“Jaime es una persona que ha trabajado en clubes importantes. Yon nos lo pidió, y nosotros como club lo apoyamos”; sin embargo, el cargo de Ordiales, como el de De Luisa, será puesto en discusión en las siguientes semanas, una vez que Martino presente su último informe como seleccionador y el titular de la FMF se reúna con los dueños del torneo mexicano.
“A todos nos corresponde apoyar a México en este momento”, concluyó Velázquez.