Londres. El opositor Partido Laborista británico se aseguró ayer una contundente victoria en una votación para un escaño del Parlamento en el noroeste de Inglaterra, mostrando la magnitud del reto al que se enfrenta el primer ministro Rishi Sunak para ganar unas elecciones generales en los próximos dos años.
Para agravar la situación de los conservadores, que van a la zaga en las encuestas nacionales y parecen encaminarse a una derrota en unas elecciones previstas para 2024, uno de los políticos de primera línea más experimentados del partido en el gobierno, Sajid Javid, dijo que pensaba dimitir.
El ex ministro de Economía se une así a un grupo cada vez mayor de legisladores conservadores que abandonarán Westminster en los próximos comicios nacionales, ya que su instituto político se enfrenta a la posibilidad de quedar fuera del poder por primera vez desde 2010.
Los expertos en encuestas dijeron que la magnitud de la derrota conservadora en la elección parcial de Chester está en línea con unos sondeos que dan a los laboristas una ventaja de 20 puntos.
Es la primera sentencia electoral desde que el partido se embarcó en una caótica lucha interna, destituyendo a Boris Johnson y a Liz Truss del cargo de primer ministro, esta última después de que los mercados se desestabilizaron con sus planes fiscales sin sustento financiero.
Sunak se convirtió en premier el 25 de octubre, heredando un partido dividido en un momento de crisis económica, con la tarea de atajar la creciente inflación y restaurar la confianza de los mercados.
En los comicios celebrados en Chester, la candidata laborista Samantha Dixon obtuvo 61 por ciento de los votos, frente a 22 por ciento del candidato de los conservadores.