Nairobi. Kenia se comprometió a intensificar su lucha contra el dopaje luego de librarse de sanciones del World Athletics a pesar de los numerosos casos positivos revelados en 2022.
El ejecutivo de la Federación Internacional (World Athletics), reunido en Roma el miércoles, decidió no suspender a la federación keniana, pero dijo que el país tenía un “largo camino por recorrer” para restablecer la confianza tras una serie de escándalos en los que se vieron implicadas estrellas del atletismo de esa nación.
El Ministro de Deportes de Kenia, Ababu Namwamba, declaró que el gobierno está dispuesto a librar una “guerra” contra el dopaje.
“Haremos de ese flagelo el negocio más caro en el que te puedes meter como atleta. Queremos que el uso de sustancias dopantes sea tan delictivo como el uso de drogas duras”, declaró a la prensa.
Sin embargo, el problema no es nuevo: Kenia, famosa por sus corredores de larga y media distancia, está clasificada desde 2016 como categoría A (de mayor riesgo) en la lista de vigilancia del Atletismo Mundial y de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Actualmente, 55 atletas kenianos están suspendidos por la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU), mientras otros ocho están a la espera de ser sancionados.
El gobierno anunció un plan de inversión masiva: 25 millo-nes de dólares en cinco años para financiar esa lucha (pruebas, personal, investigaciones).
Rusia, por su parte, recibió un reporte positivo de parte de un equipo de trabajo que monitorea al país desde que surgió el escándalo de dopaje que se remonta a los Olímpicos de Invierno Sochi 2014.
Aunque esto no significa que le abrirán las puertas automáticamente a los rusos para competir en certámenes como el Campeonato Mundial y la justa olímpica de París 2024; Sebastian Coe, titular de World Athletics no está dispuesto.
Al preguntarle, qué se requiere para poner fin al veto, respondió: “Creo que es simple. Sálganse de Ucrania”.