Las huellas del ataque del que fue víctima Elisa Xolalpa, en un intento de feminicidio por su pareja sentimental, son visibles en todo momento; sin embargo, las marcas en su rostro, manos y cuerpo, tras ser rociada con ácido, no han sido suficientes para que su agresor sea juzgado por el delito que cometió hace 21 años, porque el expediente de la denuncia que interpuso se extravió en los archivos de la Fiscalía General de Justicia capitalina.
Ayer, Elisa, junto con un grupo de mujeres que la han apoyado, se instaló en la puerta principal del edificio sede de la fiscalía capitalina. Ahí habló de su peregrinar en la exigencia de justicia, porque las instituciones a cargo de procurarla someten a las víctimas a procesos tortuosos.
La mujer busca que su ex pareja sea sometido a un proceso por intento de feminicidio, pero para ello la fiscalía debe reconocer el error que cometió al extraviar su denuncia.
En noviembre de 2001, Elisa denunció que su ex pareja la sometió, la amarró a un árbol y la roció con ácido, por lo que durante varios meses estuvo internada en un hospital. Tras sentirse recuperada intentó seguir su proceso, pero el expediente no fue localizado.
La Comisión de Derechos Humanos local documentó las agresiones, y ante las violaciones a su derecho a la justicia, envió una recomendación a la fiscalía.
Ayer, un par de horas antes de la llegada al búnker del grupo de activistas que apoyan a Elisa, la fiscalía informó que aceptó la recomendación el pasado 16 de noviembre.