“ESTÉTICA JURÍDICA una persiana abierta a nuevas formas de pensar el derecho” libro coordinado por Walter M. Arellano, Alberto J. Montero e Israel Sandoval, profesores en la facultad de Derecho de la UNAM, publican en la importante editorial Libitum una recopilación de ensayos sobre la manera en que el arte se relaciona con el derecho: las universidades son valiosas por sus profesores y alumnos. Si la correspondencia entre literatura y derecho es tan evidente que ha llevado a que se abra una materia al respecto en la licenciatura de derecho en la UNAM, en otros países es la asignatura que más distingue a muchas universidades. En este libro la intención es ir más allá de solo ejemplificar cómo en libros o películas pueden encontrarse lecciones de derecho: entre otros ensayos, se pretende establecer la belleza del derecho, la veta artística conceptual en esta materia humanística.
Arellano establece como principales iniciales: la regulación legal de la actividad artística, los límites de la libertad de expresión, el arte como estrategia didáctica y el derecho como objeto de interés para lo artístico. Pero el arte en el derecho va más allá.
Será necesario establecer la arquitectura usada en los inmuebles donde residen los juzgados para saber cuál es el mensaje que se da al público. Los altos muros de piedra que conforman algunos inmuebles recuerdan a la arquitectura nazi. La galería pictórica en las paredes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo hacen un recinto artístico único en el mundo. Algunos jueces decoran a su gusto los juzgados, bajo el concepto de que la armonía en la decoración facilitará el acceso a la justicia y hará más productivo al personal. En algunos juzgados se busca que los trabajadores vayan uniformados tanto por motivos estéticos como por disciplina: basta lo visual para dar ese mensaje. Los juzgadores no sólo hablan por sus sentencias, también por el concepto artístico del lugar donde éstas se emiten.
Si la belleza es arte y la apreciación de esta una característica humana insalvable, podría investigarse si la fisonomía (la belleza física) de los concursantes para ser juez y magistrado, tiene algún efecto en los sinodales de tales concursos. La búsqueda de lo artístico en el derecho es inagotable.
Un libro sorprendente que obliga al lector a ver de manera distinta al arte. Un clásico instantáneo.
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