Ciudad de México. El gobierno de Estados Unidos debe aclarar la situación de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien fue reportado como “no en custodia” por el Buró de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Justicia de ese país, afirmó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la conferencia matutina, sin pregunta de por medio, el mandatario volvió a referirse a La Barbie, ciudadano estadunidense que fue un hombre de confianza del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.
El Presidente resaltó que, pese a que el gobierno mexicano ha pedido información, hasta ahora no hay precisiones de parte de las autoridades estadunidenses sobre la ubicación de Valdez.
El canciller Marcelo Ebrard dijo el martes que, según le informó la embajada de Estados Unidos en México, La Barbie “sigue bajo custodia”.
El BOP informó a La Jornada que un reo puede reportarse por un tiempo como “no en custodia” en la lista oficial, por tener atención médica o acudir a un tribunal. Un ex abogado de Valdez conjeturó que autoridades pudieron trasladar a La Barbie a Nueva York para auxiliar a los fiscales en el caso contra el ex secretario mexicano de Seguridad, Genaro García Luna.
En México hay orden de aprehensión en su contra
López Obrador expuso que, en caso de que Valdez sea liberado mediante un acuerdo con la justicia estadunidense, debe ser enviado a México, donde hay una orden de aprehensión en su contra.
“Miren esto que está pasando en Estados Unidos, está raro con este señor (Valdez) Villarreal, que alguien da a conocer que ya no está en el registro de los presos y queremos saber dónde está. Y se ha hecho la consulta y no hay precisión sobre el tema, pero vamos a seguir pidiendo que nos informen.”
–¿Cuándo aparece como perdido? –se le interrogó.
–Yo creo que el gobierno de Estados Unidos tiene que aclararlo lo más pronto posible.
La Barbie nació en Texas, se unió a los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, fue capturado en México en 2010 y extraditado a Estados Unidos en 2012. Un juez federal en Atlanta lo condenó a 49 años y un mes de prisión en 2018, tras declararse culpable en 2016 de cargos de conspiración de tráfico de cocaína y lavado de dinero.