París. Desde Francia hasta Japón, pasando por Estados Unidos, las audiencias televisivas del Mundial de futbol en Qatar 2022 siguen siendo considerables, a pesar de los llamados al boicot y de la programación otoñal (en el hemisferio norte) de la competición, con Alemania en el papel de excepción.
“El Mundial siempre es así de popular”, se felicitaba la semana pasada la FIFA, apoyándose en las audiencias del partido inaugural entre Qatar y Ecuador, al alza en algunos países respecto a las del Mundial-2018 en Rusia.
Ese fue especialmente el caso en Brasil (24.3 millones de teles-pectadores), Reino Unido (6.3 millones), Colombia (5.5 millones) y Francia (5.1 millones).
La competencia suscita polémicas desde diciembre de 2010 por su atribución a Qatar, y en relación con el respeto de los derechos humanos y la protección del medio ambiente.
En Francia, donde Les Bleus congregaron a entre 11 y 13 millones de telespectadores para sus dos primeros partidos, “claramente, no hay ningún efecto boicot”, aseguró Philippe Bailly, del despacho NPA Conseil.
En España, más de 11 millones siguieron el partido entre La Roja y la Mannschaft, que supuso “el espacio más visto del año entre todas las cadenas” del país, según la televisión pública TVE.
Cuádruple campeona del mundo, Alemania, en contraste, sufre un desamor inhabitual con sus aficionados. En 2018, sus tres primeros partidos habían reunido un promedio de más de 26 millones de fieles, contra 9 millones este año en su derrota contra Japón, y 17 millones para su empate contra España.
Los motivos son múltiples: las revelaciones sobre las condiciones de vida de los trabajadores extranjeros en el pequeño emirato y las violaciones de los derechos humanos minaron antes del inicio de la competición el interés del público alemán. Algunos de los grupos de aficionados más activos incluso hicieron un llamado al boicot.
Pese a su horario tardío, la concurrencia en Japón alcanzó 35.3 por ciento en la región de Tokio, luego de la victoria sorpresa de los samuráis con-tra Alemania.
En el otro extremo del mundo, el partido Estados Unidos-Inglaterra registró récord de audiencia con más de 15 millones, según Fox Sports.