Doha. El seleccionador de Costa Rica, Luis Fernando Suárez, expresó la confianza que tiene en sus jugadores para el decisivo duelo ante Alemania, en el que se disputa un boleto a los octavos del Mundial, mientras el técnico alemán, Hansi Flick, aseguró que no se siente presionado frente a una posible segunda debacle mundialis-ta consecutiva.
Costa Rica, tercera del Grupo E con tres puntos, clasificará a octavos con un triunfo ante Alemania, que marcha en último con una sola unidad, o con un empate, si España vence a Japón.
Los ticos son conscientes de que enfrentarán dificultades ante Alemania, pero intentarán aprovecharse de la presión que sufrirá su prestigioso rival, que está al borde de ser eliminado por segunda vez consecutiva en la fase de grupos.
“Sabemos lo difícil que será porque nos enfrentamos a un rival complicado, que también tiene todos los deseos de clasificar”, expresó Suárez. “Pero somos conscientes de nuestras oportunidades y mientras existan haremos todo lo posible”.
“Llegar al último partido con tres puntos y posibilidades es una buena situación”, recalcó Celso Borges.
“Tenemos un boost (impulso) anímico de la victoria contra Japón que nos invita a creer en las cosas buenas que hicimos”, afirmó.
Tras ser machacada 7-0 por España en el debut, Costa Rica revivió con un triunfo 1-0 ante Japón, que le hace soñar con repetir la gesta de Italia-1990, cuando avanzó a octavos, y sobre todo de Brasil 2014, donde llegó a cuartos tras quedar primera de grupo con Italia, Inglaterra y Uruguay.
El seleccionador de Alemania, en tanto, aseguró que no se siente presionado ni cuestionado, y adelantó que no tiene previsto dimitir si los tetracampeones se despiden de la Copa Mundial en la prime-ra fase.
“No siento ninguna presión. No la sentí después de (perder contra) Japón y no la siento ahora”, recalcó Flick en una conferencia de prensa en Doha. “¿Qué es la presión? Estamos jugando para pasar a los octavos de final. Eso es bueno y por eso estamos aquí”, declaró.
En el otro encuentro del grupo E, España buscará sellar su boleto a los octavos de final sumando su segunda victoria del torneo ante una selección japonesa mucho más obligada, que le permita además garantizarse el primer puesto.