Tras la conversación que sostuvo el lunes en Palacio Nacional con el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, el presidente Andrés Manuel López Obrador refrendó su negativa a importar maíz transgénico para consumo humano, lo cual expuso al funcionario estadunidense.
No obstante, el mandatario aclaró que la postura de su gobierno no es cerrada ni dogmática, sino una cuestión de salud.
Informó que ofreció a Estados Unidos ampliar a dos años el plazo límite para suspender las compras de maíz amarillo, destinado a forraje, para que en ese periodo ambos gobiernos revisen el contenido del producto y determinen su impacto en la salud.
Un decreto presidencial de 2020 fijó a enero de 2024 como fecha límite para suspender las importaciones de maíz transgénico, lo cual detonó la inconformidad de Estados Unidos.
Consultado en su conferencia de ayer sobre el amago del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) de recurrir a los mecanismos del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) si no hay alternativa a la anunciada prohibición de importaciones, López Obrador confió en llegar a acuerdos, pero abrió la posibilidad de que las diferencias lleven a paneles de solución de controversias, establecidos en el pacto trilateral.
“Si no se llega a ese acuerdo, pues hay paneles. Y no alarmarnos, que se acuda a un tribunal y que decidan. Pero nosotros no podemos ceder en esa solicitud”, subrayó.
El titular del Poder Ejecutivo se pronunció por dar preferencia a la salud de los mexicanos sobre lo mercantil y la producción. Además, ponderó que en el país “somos autosuficientes en maíz blanco y no vamos a permitir la importación de maíz amarillo para consumo humano, se ha hecho para forraje. Y en ese caso se plantea que también tengamos un plazo para revisar el contenido de ese maíz amarillo, si no es dañino para la salud, aun cuando se use como pienso”.
Propuso que el análisis se haga en conjunto entre la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
También, apuntó, “se decía que no íbamos ya a permitir la importación de maíz amarillo para forraje. Entonces le aclaramos que sí, que ese no es el tema, que el punto es que ese maíz esté sujeto a un permiso anual de la Cofepris y que lo podemos ampliar”.
Pese a que el USDA expresó en un comunicado las “profundas preocupaciones” de la Casa Blanca y los productores de ese país, el tabasqueño destacó que el funcionario estadunidense “es una gente consciente, nos entendió”.
Agradeció que Vilsack fuera a Palacio Nacional para escuchar la posición del gobierno mexicano y que lo hizo “sin prepotencia, como lo ha planteado siempre el presidente (Joe) Biden, con un pie de igualdad, de respeto. Y que está el tratado y hay mecanismos en el caso de que exista una controversia para que se resuelva. Y si podemos llegar a un acuerdo sin necesidad de ir a la controversia, mejor”.
Más tarde, al salir de una reunión con el mandatario, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, informó que hoy viajará al país vecino con la intención de “desahogar” dos bloques de los cuatro en los que se abordan las consultas solicitadas por Washington y por Canadá, en reclamo de supuestas violaciones a T-MEC en materia energética. Con ello, sostuvo, se busca evitar llegar a un panel para dirimir las diferencias.