Madrid. Una nueva investigación periodística del consorcio de medios de comunicación Lighthouse Reports, confirmó lo mismo que denunció hace cuatro semanas un documental de la cadena británica BBC: que en la tragedia del pasado 24 de junio en la valla de Melilla hubo responsabilidad de las autoridades españolas, y que algunas de las 24 víctimas perecieron en suelo español y después fueron arrastrados por gendarmes marroquíes hasta su territorio.
La pesquisa también señala al ministro del Interior, el ex juez Fernando Grande-Marlaska, a quien acusan de mentir y ocultar pruebas que demostrarían la verdadera dimensión de la tragedia.
En la valla de Melilla, que dividía a la ciudad española de la marroquí Nador, ocurrió una de las peores tragedias en décadas: según cifras oficiales del gobierno marroquí murieron 24 personas en un intento de cruce en el que habrían participado más de 2 mil migrantes, la mayoría procedentes de Sudán.
Los cuerpos sin vida de los migrantes subsaharianos fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de Nador, entre herméticas medidas de seguridad que impidieron acercarse. Algunas de las organizaciones que trabajan sobre el terreno elevan la cifra a más de 40 muertos.
Reconstruyeron los hechos
Una prueba del consorcio periodístico que consiste en una reconstrucción de los hechos en tercera dimensión, en la que además aportan videos, muestra la crudeza de lo sucedido y testimonios que desmienten las explicaciones del gobierno español, formado por la coalición del Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos.
Los periodistas entrevistaron a 40 testigos y sobrevivientes, y mantuvieron conversaciones confidenciales con agentes de la Guardia Civil española y representantes del gobierno que no habían hablado.
El documental Desastre en la frontera: desvelando la verdad sobre las muertes en Melilla, dura alrededor de 16 minutos, y confirma, al igual que la BBC, que el ministro del Interior mintió sobre el asunto, tanto en sesión parlamentaria como ante los medios de comunicación.
Los hechos de Melilla despertaron la preocupación de la comisaria europea de Derechos Humanos, Dunja Mijatovic, quien criticó la gestión del gobierno español en la crisis.