La campeona Francia, que no gana sus tres partidos de la fase de grupos en un Mundial desde que conquistó su primer título en 1998, enfrenta en el estadio Education City a la obligada Túnez, que debe lograr el tercer triunfo de su historia en el torneo para tener alguna posibilidad de avanzar a los octavos de final.
“Yo no estoy en el lugar de (Jalel) Kadri”, ironizó el técnico francés Didier Deschamps en alusión al seleccionador del combinado africano. “Pero ellos irán por todo”.
Antes de iniciar el torneo, Kadri dijo que era su “misión personal” superar la primera ronda y sentenció que, de no lograrlo, renunciaría.
Les Bleus tratan de emular al equipo de 1998, que estaba capitaneado precisamente por Deschamps, y una vez clasificados sólo necesitan un empate para asegurarse la primera posición del Grupo D.
Por ello, el ex mediocampista y ahora entrenador podría darse el lujo de dar descanso a sus jugadores más importantes. “Sí, habrá cambios”, adelantó; “todo el mundo está listo para jugar".
Deschamps se mostró esquivo cuando fue cuestionado sobre si el prolífico delantero Kylian Mbappé aceptó que necesita un descanso.“Físicamente está bien”, aclaró. “Kylian no tiene un gran ego, es importante para nosotros y marca la diferencia. Ha aceptado siempre lo que el equi-po necesita”.
Los galos acumulan seis tantos en dos jornadas, tres de Mbappé y dos de Olivier Giroud, mientras Túnez todavía no celebra un gol en lo que va de torneo, luego de igualar 0-0 con Dinamarca y caer por 1-0 frente a Australia.
Los tunecinos, además, no han superado nunca la fase de grupos en sus cinco apariciones en un Mundial y entre sus dos únicas victorias pasaron 40 años: ante México, en 1978, y Panamá, el cuatrienio pasado en Rusia.
“El mensaje que transmito a nuestros jugadores es que nada es imposible, que seguimos vivos, motivados y estaremos preparados para esta última batalla”, declaró Kadri con seguridad. “Todavía tenemos muchas esperanzas”.
Daneses y australianos definen su destino
Tras derrotar a Túnez el sábado, su tercera victoria en 18 choques mundialistas, Australia busca ahora un premio aún mayor: avanzar a octavos en el torneo, algo que sólo pudo conseguir en 2006.
Los Socceroos se enfrentan a Dina-marca, semifinalista en la Euro del año pasado, en su último partido del Grupo D con la certeza de que el ganador clasificará.
“Hubo una reacción increíble a nuestro resultado. Y así debe ser”, señaló el goleador australiano Mitchell Duke, quien anotó de cabeza en la victoria por 1-0 sobre los tunecinos. “No hemos conseguido nada aún, queremos más”.
Australia avanzaría con una victoria o un empate, a menos que Túnez venza a Francia. Dinamarca, en tanto, necesita ganar y esperar que los africanos no lo hagan ante los galos.