Guadalajara, Jal., La pandemia de covid-19 provocó una situación “dramática” en la industria editorial del país, sobre todo por la sensible reducción en la producción de libros durante 2020 y 2021, reconoció este martes Hugo Setzer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).
En rueda de prensa, el editor aseguró que, no obstante el complicado panorama que se vivió, las expectativas a futuro son alentadoras, pues hay “señales de recuperación, una de las más importantes está ocurriendo en esta 36 Feria Internacional del Libro de Guadalajara que ya está llegando (en cuestión de ventas) a los niveles de 2019”.
Un elemento que preocupa mucho a la Caniem, continuó, es el impacto en la educación que tuvo la crisis sanitaria. “De acuerdo con un estudio reciente de la Auditoría Superior de la Federación, después de 16 meses de que los niños no pudieron ir a la escuela por el confinamiento, se calcula que sólo regresó la mitad a las aulas, lo cual ha ocasionado que se pierdan aprendizajes importantes entre los alumnos”.
En ese contexto, el presidente de la cámara dijo que los editores mexicanos tienen la capacidad y el talento para recuperarse, pero también “para colaborar con las autoridades educativas. Los estudios internacionales muestran que los mejores resultados en esa materia se dan cuando hay una colaboración estrecha entre editores, autoridades educativas y maestros.
“Ese fue uno de los aspectos positivos de la pandemia: los editores no dejamos de producir textos para secundaria, gracias a nuestro esfuerzo y al de la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuitos (Conaliteg), que distribuyó 38 por ciento de los libros de educación básica.”
Otro signo de la recuperación del sector, destacó, es la designación de México como sede en 2024 del Congreso de la Unión Internacional de Editores, en las fechas de la FIL, con la participación de 96 organizaciones de 72 países.
La Caniem informó que durante 2021 la industria editorial privada se conformó por 206 editores que produjeron 18 mil 695 títulos (1.3 por ciento menos que en 2020) y 89 millones 102 mil 761 ejemplares (15.3 por ciento menos que el año anterior).
Se identificó que 21 editoriales suspendieron actividades y otras seis empresas fueron cerradas de manera definitiva.
No obstante la reducción en el número de ejemplares impresos, se facturaron poco más de 9 millones 119 mil pesos, lo que representó un ingreso 7.7 por ciento mayor que en 2020.
En 2021, en México se vendieron 99 millones de libros (92 por ciento ediciones nacionales), 0.3 por ciento más con respecto al año anterior, lo cual, dijeron los editores, “rompe con la constante reducción en la venta de libros impresos observada desde 2016”.
En promedio, en el país un libro cuesta 255 pesos, indicador que se incrementó con respecto a 2020 y 2021, “básicamente debido a las ediciones de importación”, argumentaron los editores.
Libros de educación básica, los más vendidos
En el mercado mexicano, detalla la Caniem, los libros de educación básica se mantienen como la temática más vendida (50.4 por ciento), en segundo lugar están las ediciones infantiles y juveniles (13.4 por ciento) y en tercer lugar los libros de enseñanza de la lengua inglesa.
Destaca que la venta de ediciones digitales se incrementó durante la pandemia y ahora, en esta una nueva normalidad, no ha decrecido el entusiasmo de los lectores por este formato, que mantiene su participación en la facturación de la venta del sector privado en 4 por ciento.
Se espera cerrar 2023 con poco más de 100 millones 200 mil ejemplares vendidos, lo que significará un aumento de 1.01 por ciento con respecto al año pasado, así como una producción que alcanzará 93 millones de ejemplares (4.35 por ciento más).
En cuanto a la población lectora, la Caniem informó que en 2022 el promedio de libros leídos al año, en general, es de casi cuatro, “se mantiene el ligero incremento observado desde 2019. Los últimos siete años el promedio se ha mantenido en alrededor de 3.5 libros leídos al año. La población que lee en ambos formatos (digital e impreso) se incrementó de 5 a 7 por ciento”.
Son datos alentadores y un reto para la industria, si se toma en cuenta que en países como Noruega el promedio de lectura anual por habitante es de 14 libros. “Hemos avanzado del promedio de hace 10 años, que era de un libro al año; seguiremos trabajando en estrategias para hacer llegar a nuestros niños y jóvenes nuestros libros para seguir fomentando el hábito de la lectura”, concluyeron los directivos de la Caniem.