Ciudad Juárez, Chih., Unos 200 venezolanos instalaron ayer un nuevo campamento en el parque Bellavista, cerca del bordo del río Bravo, de donde el domingo unos 500 fueron desalojados a empujones, por las policías municipal y estatal, así como la Guardia Nacional.
De los 500 migrantes desplazados, 100 aceptaron trasladarse al albergue y unos 200 cruzaron el río Bravo para entregarse a la Patrulla Fronteriza, lo que los inhabilita para pedir asilo político, detallaron autoridades.
El director de Protección Civil en la zona norte, Mauricio Rodríguez Padilla, calculó que “unos 200 venezolanos cruzaron a Estados Unidos durante o después del operativo”.
Rodríguez Padilla mencionó que otro número importante se quedó en la zona aledaña, ocupa casas deshabitadas o incluso de renta, mientras un centenar optó por acudir a los refugios oficiales o de religiosos administrados por particulares.
El funcionario explicó que varios indocumentados llegaron por propio pie al albergue, pues temían que si subían a los camiones que llevaron las autoridades, serían deportados a su país.
Otros se instalaron en el parque de las Tortugas de Bellavista, sobre el bulevar Bernardo Norzagaray; algunos ocuparon las banquetas del sector, por lo que las autoridades continuarán invitándolos a que usen los refugios para resguardarse del frío.
Rodríguez Padilla indicó que el lunes se detectó que algunos de los migrantes tenían síntomas de hipotermia y padecimientos respiratorios, pero hasta ahora sólo se ha detectado un caso de enfermedad respiratoria grave.
Por otro lado, Héctor Rafael Ortiz Orpinel, secretario del ayuntamiento, precisó “que la Comisión Internacional de Límites y Agua, hizo una solicitud para retirar a los migrantes, debido al riesgo que existía en el lugar”.
Santiago González Reyes, director de Derechos Humanos del municipio, indicó que no existió ninguna violación de los derechos humanos durante el desalojo, ya que ponían en riesgo su vida.