En el Senado comenzaron los trabajos para crear la Cartilla Nacional de Salud Mental, mejorar las funciones y facultades del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), así como regular los centros privados de atención a personas con alguna adicción, ya que en muchos casos se trata de lugares improvisados, donde, incluso, se cometen violaciones de los derechos humanos.
Durante el Foro para legislar sobre la necesidad de la profesionalización para la atención eficiente de las adicciones en México, organizado por senadores de Morena, especialistas y organizaciones de la sociedad civil, demandaron mayor presupuesto para la atención de las adicciones, una regulación y trabajo de la mano entre la sociedad y el gobierno para atacar esta problemática que ha crecido en México de manera alarmante en los últimos 20 años.
José Narro y José Ramón Enríquez, quienes organizaron el foro, hicieron un llamado para construir estrategias de Estado, que permitan combatir de manera eficaz los graves problemas de las adiciones y de salud mental en México.
Narro, consideró que la adicción a las drogas tiene que ser atendida como un problema de salud pública por parte del Estado mexicano, como parte de su responsabilidad; además de respetar los derechos humanos de los adictos, porque son considerados como grupos vulnerables .
“Se necesita del concurso de los colegios médicos, de las escuelas de Medicina, del Estado mexicano, de la ciudadanía, de actores filantrópicos y de los grandes empresarios para atender con seriedad el problema de las adicciones en el país”, reiteró Narro. En tanto, Enríquez propuso reformar el artículo 73 de la Ley General de Salud para contar con una “Cartilla de Salud Mental”; además, exhortó a las organizaciones civiles, académicos y médicos especialistas a sumar esfuerzos en ese sentido, y al gobierno aumentar el presupuesto para atender esos padecimientos.
Destacó que en México, se estima que hay 15 millones de personas que padecen algún trastorno mental; la mayoría son adultos jóvenes en edad productiva, quienes presentan depresión, trastorno de la conducta alimentaria, déficit de atención e hiperactividad, entre otras, que son circunstancias de suicidio.