La del domingo fue una fiesta de buena voluntad, dice
Una fiesta de buena voluntad, así describió una amiga muy querida por mí la marcha del domingo, una mujer que a sus 77 años, y de admirables convicciones, decidió no asistir a misa ni a ningún otro lugar el día 27.
Para ella, como para muchísimos mexicanos, era imprescindible vivir ese momento histórico acompañando a su Presidente, el más odiado de los últimos tiempos por un grupo minoritario, pero poderoso por su poder adquisitivo.
Ese Presidente es también el más querido por todos aquellos que conforman el México profundo, el que desgraciadamente ese pequeño grupo no comprende, porque simplemente no conoce y seguramente jamás lo hará por esos aires de falsa superioridad que ha mantenido a sus integrantes indignados y a la defensiva, ofendiendo y atacando a quienes no comparten su forma de pensar, incluso sin darse cuenta de que ya han caído en el ridículo.
Cecilia Espinosa Villegas
Con el apoyo popular, “la 4T debe ir por más”
Gran marcha la del día 27, muchos la califican de inédita e histórica, y pocos la pretenden descalificar cómo de acarreo y uso de recursos públicos. Yo recuerdo a Saramago que decía en uno de sus libros: “hay ciegos que ven y otros que viendo no ven”, pues es claro el fenómeno AMLO y el gran apoyo que tiene de la mayoría del pueblo mexicano ratificándose con este acto lo que se ve desde hace tiempo.
Con ese respaldo popular es posible avanzar y profundizar la transformación que el país requiere en nombre del combate a la de-sigualdad y de la justicia social, ya que hasta ahora prevalece la gran concentración de la riqueza en pocas manos y la oligarquía sigue gozando de cabal salud y obteniendo ganancias récord, pues ha sido derrotada sólo electoralmente y sus grandes negocios están intactos.
Recordamos 1938 con la nacionalización del petróleo y la participación del pueblo apoyando a su gobierno y al general Cárdenas. ¿Por qué hoy no ir por más? Es tiempo de plantearse una reforma fiscal que grave con más impuestos las grandes transacciones en la bolsa de valores, las fortunas de los millonarios, las ganancias de los bancos, la auditoría y moratoria del pago de los intereses de la criminal y fraudulenta deuda pública que ronda los 14 billones de pesos.
Todo para llevar esos recursos al rescate del campo y a importantes inversiones productivas en el sector social de la economía que abonen al desarrollo del país en todos los sectores; aspirar y dar pasos hacia un cambio de modelo económico es indispensable, pues no se trata sólo de administrar mejor y más honestamente lo existente sino de transformarlo.
Las condiciones están dadas para eso y más, que no falten la voluntad política y la decisión de avanzar en este momento que pueda cambiar realmente el rumbo que en nombre de la justicia se requiere. La tarea es de todos.
Benito Mirón Lince
“Revelador”, el tiempo que duró la marcha
Cuando vi a nuestro Presidente caminar casi seis horas, no pude menos que imaginar que esa marcha victoriosa estaba pavimentada –del Ángel al Centro Histórico–, con todas las injusticias judiciales, con todas las mujeres violentadas y asesinadas; con todos los periodistas y líderes sociales ultimados; con todo el dinero y recursos robados por gobiernos anteriores en complicidad con la iniciativa privada,con todo el oro y plata extraído por las mineras, con todos los ex presidentes neoliberales cínicos y corruptos; con los legisladores sumisos al poder, con los intelectuales rabiosos ante la 4T.
Fue altamente simbólico tanto el trayecto como el tiempo para llegar al Zócalo. Es una analogía del tiempo que tardó nuestro México en despertar.
Tomás Arellano
Precisión de Iván Restrepo a su artículo
Seguramente por la carga de trabajo, ayer titularon mi artículo “La tierra, termómetro del calentamiento global”. Pero en mi texto detallo que son los mares. Un tema muy poco tratado en los foros internacionales.
Iván Restrepo
George Harrison, por siempre
Hace 21 años, el 29 de noviembre de 2001, el Beatle místico se fue de este mundo material. George Harrison reflejó en sus canciones un gran misticismo. Entre otras muchas cualidades, George se preparó para morir. Recuerdo que antes de ir al viaje a través del Universo, dijo algo que me impactó: “Estoy preparado para morir. Conozco lo que viene”. Admiro mucho a George e irremediablemente todos los días, esté donde esté, escucho Here Comes The Sun.
El 12 de noviembre, en New York, se había reunido por última vez con Paul y Ringo. Hablaron de los comienzos en Liverpool, de su estancia en Hamburgo, de The Beatles. Habían reído y bromeado. Por fin, estaban en paz. George Harrison disfrutaba del recuerdo de una proeza musical y humana incomparable. Entre la realidad y el sueño, lo consciente y la penumbra, Harrison podía permitirse recordar al cuarteto, con amor y sin rencores.
George estaba preparado para morir, se sabía amado por millones de personas en todo el planeta. Se disponía a abandonar un lugar al que siempre considero una escala solamente. George, forever!