Pekín. Estados Unidos necesita dejar de politizar y convertir en armas las cuestiones económicas, comerciales y de ciencia y tecnología, y brindar un entorno empresarial equitativo, justo y no discriminatorio para las compañías extranjeras, incluidas las de China, declaró ayer un vocero del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos informó que prohibió que múltiples compañías chinas proporcionen equipo de telecomunicaciones y dispositivos de videovigilancia, al citar amenazas a la seguridad nacional.
“Lo que hizo Estados Unidos es un ejemplo más de su abuso del concepto de seguridad nacional y del poder del Estado para coartar a las empresas chinas”, sostuvo el portavoz Zhao Lijian en conferencia de prensa.
Añadió que tal práctica es contraria a los principios de la economía de mercado y a las normas comerciales internacionales, y perjudica los intereses de las compañías chinas. Pekín está firmemente en contra de ello.
“China seguirá defendiendo firmemente los derechos e intereses legítimos y legales de nuestras compañías”, aseveró.
También manifestó su rechazo y preocupación por la estrategia diplomática de Canadá para la región de Asia-Pacífico concebida para “mitigar los riesgos planteados por China”, y dijo que la estrategia está ideológicamente sesgada.
Afirmó que en esa estrategia se exagera la “amenaza China” y se hacen acusaciones injustificadas contra el gigante asiático. Al destacar que Pekín ha defendido la paz mundial, ha contribuido al desarrollo global y ha defendido el orden internacional, preguntó: “¿Quién está salvaguardando la paz mundial y promoviendo el desarrollo común, y quien está avivando la mentalidad de la guerra fría y exagerando la confrontación de bloques? La comunidad internacional lo sabe muy bien”, concluyó Zhao.
Canadá lanzó antier su tan esperada estrategia para el Indo-Pacífico, en la que esboza un gasto de mil 700 millones de dólares para impulsar la seguridad militar y cibernética en la región.
Además, promete hacer frente a una China “perturbadora”, al tiempo que colabora con ella en cuestiones relacionadas con el cambio climático y el comercio.
El plan, detallado en un documento de 26 páginas, dice que Canadá reforzará las normas de inversión extranjera para proteger la propiedad intelectual y evitar que las empresas estatales chinas se apropien de minerales esenciales.